Inseguridad, orines, droga y ruidos son la causa del malestar que llevó a los vecinos del Casco Histórico a manifestarse el pasado viernes en la plaza Virgen del Mar. Algo más de un centenar de personas indignadas con la gestión del Ayuntamiento y, en concreto, del área de Seguridad y Movilidad.
Los vecinos de la zona conocida como las Cuatro Calles, llevan años soportando las consecuencias de una mala aplicación de la ‘Ley del Botellón’ que, por un lado no permite a los jóvenes tener una zona de referencia para beber fuera de los bares pero, por otro lado, tampoco es suficiente para evitar que los grupos diseminados realicen sus pequeños botellones individualmente en distintos puntos del centro.
Poca seguridad
“Uno de los problemas es la falta de policía”, reivindican los vecinos. Y es que, poco antes de la noche de Halloween algunos de los afectados mantuvieron una reunión con la concejala de Seguridad, María Muñiz en previsión de lo que podría pasar la víspera de Todos los Santos y con el bagaje de una feria que califican de “catastrófica” por el nivel de suciedad e “indecencia” a los que se llegó durante esas fechas.
Sin embargo, el resultado, a pesar de las promesas desde el Ayuntamiento de que se tomarían las medidas oportunas y ante el compromiso de mejorar la gestión de cara al futuro, volvió a ser negativo a la vista de los residentes de estas calles.
Y es que las escenas que muchos de ellos contemplan cada fin de semana rozan lo grotesco en muchos casos. Sexo explícito, peleas o consumo de drogas en plena vía pública y sin ningún tipo de pudor son panoramas habituales en las puertas de sus casas. Un mal al que nadie se acostumbra pero con el que tienen que hacer la vista gorda debido a la pasividad de las autoridades.
María Muñiz, señalada
Una gran parte de los vecinos indican que la responsable directa de la actual situación es la concejala del Área de Seguridad Ciudadana y Movilidad, María Muñiz.A ellos se sumó hace apenas una semana el Sindicato de Funcionarios, CSIF que, en una carta abierta, señalaba con nombres y apellidos a la edil como la culpable de la “reaparición del botellón”.
En esta carta se explica cómo Muñiz ha “desmantelado” la unidad que la Policía Local puso en marcha cuando entró en vigor la Ley antibotellón, que pasó de contar con 14 efectivos a los cuatro agentes de la actualidad.
El sindicato califica en este escrito de “pésima” la gestión de la concejala al frente de la dirección de la Jefatura de Policía Local de la capital y la acusa de haber hecho oídos sordos en varias ocasiones a la propuesta del superintendente, Jorge Quesada, de aumentar los servicios para los fines de semana para tratar de resolver esta problemática.
En pie de guerra
Algunos vecinos, que ya han organizado una suerte de patrulla ciudadana para intentar disuadir a los incívicos, solo ven una salida para resolver este conflicto: hacer que las autoridades les oigan y que tomen medidas contundentes con más policía en las calles.
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