El obispo ordena hoy a cuatro diáconos

La Catedral de Almería celebra hoy la fiesta de la Epifanía, una celebración que coincide con la ordenación de cuatro diáconos, tres de ellos transeúntes (que se ordenarán como presbíteros en unos seis meses) y un permanente, Juan Francisco Ramírez Medina, que está casado y, por tanto, no será sacerdote.

Sí podrá Ramírez Medina celebrar, como diácono, bodas y bautizos, y también  funerales y sepelios. Lo que, como laico, no podrá hacer es consagrar el pan y el vino como Cuerpo y Sangre de Cristo, no podrá dar la unción de enfermos y tampoco confesar los pecados, explica el rector del Seminario Mayor San Indalecio.

Explica Juan Antonio Moya, rector del Seminario, que  Almería mantiene una media de ordenación de cuatro diáconos al año. “Está bien”, dice optimista,  al tiempo que invita a toda la comunidad a participar hoy en la fiesta de Reyes en la Catedral junto con los cuatro nuevos diáconos.

Obispo Será el obispo de Almería, don Adolfo González Montes, quien ordene además de al diácono Juan Francisco Ramírez, vecino de Vera, a Miguel Joaquín Martín Romero, de Dalías; a Roly Gutiérrez Salazar, natural de Bolivia, pero con más de 12 años en la provincia, y al también almeriense Javier Ocaña Gárriz. Todos vivirán hoy un gran día en la celebración que dará comienzo a las once y media en la Catedral.

Los nuevos diáconos llevan a sus espaldas una larga formación teológica y la jornada de hoy la van a vivir “como la viven unos novios el día de su boda”, explicaba Roly Gutiérrez Salazar a la comunidad de la parroquia de Jesucristo Redentor en la que ha “servido” antes de marchar a Vera, donde está actualmente. Allí invitaba a los feligreses a la ordenación e indicaba que es “un paso más” hacia el sacerdocio.

En el Seminario Los tres diáconos transeúntes han cursado en el seminario de Almería, mientras que Ramírez Medina, que ha cursado Derecho y también la carrera de Teología, además de hacer su tesis en Derecho civil, realizaba los últimos ejercicios antes de ser ordenado diácono estos días atrás.

Los cuatro dan hoy un paso importante en la Iglesia católica, explican desde el Seminario mayor de Almería, que viven la celebración de hoy con “gran alegría”.

Experiencia vital Alegría como la de Miguel Joaquín Martín Romero, de 28 años y natural de la localidad almeriense de Dalías, que ve en la ordenación de hoy una consecuencia de la “inquietud misteriosa” que le ha acompañado desde niño. Estudió, de hecho, primero de Bachillerato en el Seminario y, aunque en segundo curso se marchó fuera, siempre mantuvo esa inquietud, esa “vocación al sacerdocio”.

Estudió, no obstante, Martín Romero Magisterio de Música, ha trabajado después en la Escuela Municipal de Música de El Ejido y antes también como jardinero, hasta que, como dice, le llegó el día de “dar el cambio”. Un cambio “radical” que le llevó de nuevo al Seminario, donde ha estado seis años.

Ha estado dos años de formación pastoral en Campohermoso, donde dice haber “disfrutado” mucho,  un año más de pastoral en la parroquia de San Agustín, otro año más ayudando en la pastoral del Colegio Diocesano de Almería y hasta ahora ha tenido también la encomienda de acompañar al obispo. Hoy, da un paso más.

Paso  que “se vive en clave de servicio” como un peldaño más para ser cura, dice.