Juegos de mesa que favorecen la estimulación a la par que desarrollan áreas cognitivas y que convierten a los jugadores en personas capaces de tomar decisiones para lograr objetivos. Es la propuesta de AFIM 21, una asociación para la Atención a la Familia, Infancia y Mayores que aglutina a psicólogos, padres y madres, además de a educadores, y que organiza talleres para niños de 5 a 18 años.
Unos talleres que pretenden llenar el tiempo libre de niños y jóvenes con ocio “de calidad”. La psicóloga Nuria Guzmán Sanjaume, miembro fundador de esta organización sin ánimo de lucro que opera en Almería desde noviembre de 2013, explica cómo AFIM 21 aplica, a través del juego, las últimas novedades en neuropsicología.
A través de juegos de mesa, que no son los tradicionales juegos de mesa como el parchís, la oca o el bingo, se logra la socialización de niños y adolescentes, se convive con jugadores de otras edades y con quienes tienen otras características intelectuales, señala esta psicóloga, que apunta cómo la asociación desarrolla su actividad lúdica en la sede de la asociación de vecinos La Palmera.
Con carácter social En el barrio de Los Ángeles, y conectada a Fapace (Federación de Asociaciones de Familias del Alumnado de Centros de Educación Pública de Almería), la asociación AFIM 21 cuenta ya con medio centenar de niños que juegan. Desarrollan una actividad lúdica “con carácter social”. Y es que, la entidad reúne también a población inmigrante , a niños y jóvenes en riesgo de exclusión social y “sólo pagan los talleres quienes pueden pagarlos”, asegura Estela Gil De La Parte, vicepresidenta de Fapace y “madre de niños que juegan”.
Los niños se reúnen en La Palmera dos viernes al mes, aprenden a jugar y, casi sin querer, a desarrollar capacidades intelectuales y habilidades que, de otra manera, tardarían más en adquirir.
A día de hoy, la asociación cuenta con veinte personas entre monitores y voluntarios, y además, de organizar talleres de juegos de mesa, han formado a monitores de ocio y tiempo libre mediante un curso específico.
Desarrollo integral De la mano de Diputación, han desarrollado un proyecto de formación de familias en La Mojonera. Formación que implica aprender a jugar para, a su vez, aprender a aprender. Después de esta experiencia llegó otra en Vícar, donde el Ayuntamiento se “ha volcado” y va a montar una ludotecta, es decir, “una biblioteca de juegos”, explica Estela Gil, que junto a Nuria Guzmán y Fabián López Quintana, se han propuesto fomentar los talleres del juego en pro de un desarrollo integral (cognitivo, social y emocional).
Cómo organizar las tareas para lograr un objetivo obliga a poner en marcha una parte del cerebro que no es de las primeras que desarrolla el ser humano, explica la psicóloga Nuria Guzmán Sanjaume. Ha visto niños a los que les cuesta poner en conexión diferentes áreas cerebrales para acometer con éxito sus tareas. A través del juego, es posible estimular algunas de estas áreas y, con motivación, aprender casi sin darse cuenta. Ocurre lo mismo a la hora de memorizar, dice Guzmán, que señala cómo, a través de algunos juegos de mesa se trabaja la memoria. Hay alguno, en concreto, en el que los monitores tratan de despistar a los jugadores que están más atentos si cabe a la hora de desarrollar su memoria. “Son juegos, más de ochenta tiene ya la asociación, que sirven para concentrarse, para relacionar conocimientos o estimular áreas cognitivas”. Además, el juego ofrece al adolescente una alternativa a “la cultura del bar”.
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