Las cardiopatías o enfermedades del corazón son hoy día unas de las patologías más prevalentes. Ayudar a un paciente con cardiopatía isquémica (como un infarto) a volver a llevar una vida activa y a reducir el riesgo de tener otros problemas de corazón es el objetivo del programa de Rehabilitación cardíaca que se desarrolla en el Complejo Hospitalario de Torrecárdenas.
La unidad, en la que intervienen sanitarios procedentes de diferentes especialidades, ha cumplido un año, dice su supervisor, el rehabilitador Eugenio Fernández, que explica cómo han sido, de momento, catorce los pacientes atendidos en este espacio ubicado en la Bola Azul.
El objetivo de cara al futuro es, no obstante, ampliar no sólo el número de pacientes beneficiados, sino también ampliar el programa a personas con insuficiencia cardíaca, trasplantados de corazón o pacientes de arritmias, explica este sanitario que recuerda cómo el objetivo final de la unidad de rehabilitación cardíaca es “prevenir, curar y asistir a la población”.
Vida normal Siempre, con la idea de que el paciente con una cardiopatía se incorpore cuanto antes a su vida normal.
De la mano de un equipo de sanitarios multidisciplinar integrado por cardiólogos, que son los que captan al paciente, lo diagnostican y tratan; por enfermeras, médicos rehabilitadores, que son quienes determinan qué tipo de ejercicio mecánico es e más conveniente para cada uno, y finalmente por sanitarios de Atención Primaria, que serán los que realicen el seguimiento del paciente al que se haya dado el alta, quienes padecen una cardiopatía isquémica en Almería cuentan ya con un programa rehabilitador “a su medida”.
Programa integral Además de enseñarles a realizar un ejercicio mecánico adecuado a sus posibilidades, el programa rehabilitador ayuda a controlar factores de riesgo como el estrés, el colesterol, la hipertensión o el tabaquismo. “Se trata, por tanto, de un plan integral”, insiste Fernández, que reconoce cómo la mayoría de las personas a las que se ha atendido en el último año son varones y jóvenes, es decir, de entre 40 y 50 años, “aunque también los hay que ya han superado los 60”.
No quiere decir esto que se excluya a personas de más edad. A todos se les idea un plan de tratamiento de ocho semanas en las que se abordan no sólo los ejercicios físicos, sino que se intercalan charlas sobre factores de riesgo, tabaquismo, autocontrol, sexualidad y alimentación, entre otras.
Control A los tres y a los seis meses, los pacientes vuelven para un control a cargo de especialistas en cardiología y si ya se les puede dar el alta, pasarían a Atención Primaria, donde su médico de cabecera se hará cargo de su supervisión, dice Fernández, convencido de la importancia de la información y la formación sanitaria para evitar la repetición de una cardiopatía.
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