Benjamin K. es alemán, aunque adoptó apellidos españoles cuando se instaló junto a su esposa en un municipio costero de la provincia de Almería. Nació en Bremen, una localidad a un hora de carretera de la frontera con Holanda, y tiene apenas 22 años.
El mediodía del pasado 4 de marzo, Benjamin K. fue detenido en un polígono industrial de Santa María del Águila en una operación del Grupo IV de la Policía Judicial. Los agentes cumplían así con el mandamiento de la Brigada Central de Crimen Organizado que había recibido tres peticiones europeas de búsqueda y detención por delitos contra la salud pública cometidos por el joven alemán.
Pertenece a una particular lista de capturas de la Comisaría Provincial de la Policía Nacional en Almería, la lista de los fugitivos. Su grupo es el más selecto, porque lo forman únicamente los reclamados por órdenes internacionales emitidas por Interpol (fuera de la Unión Europea) o Europol (dentro de la Unión Europea).
Junto a Benjamín K. han caído este año otros dos fugitivos buscados por autoridades de otros países y refugiados en municipios almerienses. Según datos oficiales de la Policía Nacional, el año pasado los agentes localizaron en Almería a 18 fugitivos internacionales, que se suman a los 12 detectados durante el ejercicio 2013 por diversos delitos.
La Policía tiene competencias exclusivas en esta materia y el hallazgo de estos delincuentes reclamados judicialmente representa un enorme esfuerzo de coordinación entre organizaciones en la que participan los órganos judiciales de origen, las agencias Interpol y Europol, el Grupo de Localización de Fugitivos (GLF), la Comisaría Provincial de Almería y los Juzgados Centrales de Instrucción de la Audiencia Nacional.
En el caso de Benjamin K. existía una orden emitida por el Juzgado Local de Rheine (Alemania), el aviso se emitió a través de Europol y el GLF alertó a los agentes de Almería para seguir su rastro en la provincia. Tras su descubrimiento y detención en El Ejido, fue trasladado a la Audiencia Nacional para su extradición.
“El trámite es distinto según el origen de la reclamación”, señala el jefe del Grupo VI de la Policía Judicial de Almería. “En el caso de las reclamaciones europeas el detenido pasa a la Audiencia Nacional en un plazo de 72 horas y ahí se abre un plazo de un máximo de 60 días para decidir sobre la extradición”, explica. “Mientras, en el caso de las reclamaciones de Interpol, el detenido pasa en sólo 24 horas al Juzgado de Instrucción de Almería”, añade.
El recorrido judicial es complejo, especialmente en el segundo supuesto, porque las posibilidades de enviar al fugitivo varían según el país afectado y hay, nada menos, que 190 países inmersos en este apartado.
Nacionales El sospechoso es granadino y tiene 24 años. Consiguió una beca de estudios en Bélgica y viajó durante algunos meses al extranjero. A principios de mayo de 2014 un equipo de la Policía Nacional le esperaba a pie de pista en el Aeropuerto de Almería. Nada más aterrizar, los agentes arrestaron al joven acusado de presuntos abusos sexuales a menores de edad, en el marco de una investigación desarrollada por un juzgado de Alicante.
El chico pertenece al otro gran grupo de fugitivos anotados por la Policía Nacional de Almería, los reclamados en España. Muchos de ellos ni siquiera saben que son perseguidos por delitos investigados por juzgados o, directamente, por la Policía y la Guardia Civil, aunque todos ellos aparecen en una base de datos conocida como Argos.
Según datos de la Comisaría, la Policía Nacional capturó en 2014 a 526 fugitivos reclamados en el país, una cifra que supone un 12 por ciento más que en el curso 2013. La variedad de delitos es amplísima y, en cierto modo, determina las competencias.“Se encarga de la búsqueda y captura de la persona reclamada el Grupo de la Policía Nacional al que corresponda por el tipo de delitos”, explica el jefe del Grupo VI. Esto es, si el sujeto es buscado por atracos, el arresto se deriva el Grupo V, especializado en la materia.
No obstante, las cifras muestran los efectos de un trabajo preventivo muy prolijo en Almería. A saber, los controles callejeros aleatorios, las labores de seguridad ciudadana y los controles fronterizos son auténticos imanes para los fugitivos. Sólo los agentes de la Brigada de Extranjería y Fronteras en el Puerto de Almería cazaron el año pasado a 110 reclamados.
Se trata, en definitiva, en tejer una gran red para atrapar a los fugados allí donde no existe refugio. Almería.
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