Médicos y enfermeros, además de otros profesionales del ámbito sanitario, sufren agresiones "prácticamente a diario". Las quejas relacionadas con insultos, intimidaciones y amenazas son habituales en el sector sanitario, aunque éstas no acaban de plasmarse en una denuncia oficial lo que ofrece impunidad a quienes convierten el ejercicio de la medicina y la enfermería en profesión de riesgo. Sólo un médico interpuso una denuncia por agresión el año pasado y dos enfermeras a punto estuvieron de denunciar. Finalmente, optaron por "olvidarlo".
Conocedores de la situación que realmente viven médicos y enfermeros, los colegios oficiales tanto de Médicos como de Enfermería de Almería animan a denunciar todos y cada uno de los casos de agresión que suceden en consultas, a pie de cama, en las salas de espera de Urgencias o dónde sea. Y recuerdan que las agresiones a un médico o enfermero son consideradas como delito contra la autoridad, lo que la aplicación de condenas echaría hacia atrás a muchos usuarios de la sanidad tanto pública como privada, acostumbrados a "intimidar".
El presidente del Colegio Oficial de Médicos de Almería, Francisco Martínez Amo, entiende que las pocas denuncias por agresión responden a que los sanitarios "parecen haberse acostumbrado a sufrir esta situación". La presidenta del Colegio Oficial de Enfermería, Mari Carmen Del Pozo, entiende que es el miedo el que finalmente echa hacia atrás a quienes han sufrido una agresión o la presión en su puesto de trabajo a partir de la intimidación de pacientes y familiares.
"Son varias las enfermeras que han sufrido agresiones verbales o intimidaciones, vienen al Colegio y hablan, en ocasiones, con el abogado. Se desahogan, pero finalmente no llegan a formalizar una denuncia", relata Del Pozo.
Tanto los órganos colegiales de enfermeros como de médicos apuestan no sólo por recordar la importancia de denunciar, sino también la de "poner en conocimiento de la ciudadanía y generar opinión pública sobre el problema".
Medidas Hace ahora un año que la consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales inició el rediseño de los mapas de riesgo para reducir agresiones a los profesionales sanitarios. La idea no era otra que detectar las zonas de mayor conflicto para poder prevenir las agresiones a los profesionales.
El Sindicato Médico llegó incluso a proponer la presencia de agentes de Guardia Civil en las puertas de los hospitales o en las áreas de Urgencias para evitar agresiones. Finalmente, se insistió en apoyar "al cien por cien" al sanitario agredido, señalaron desde la Consejería.
Unas medidas que, hoy por hoy, se reducen a solicitar una baja médica por estrés, ansiedad o depresión, o a solicitar cambio de puesto para evitar nuevos encuentros con el agresor, lamentan desde el Colegio de Médicos.
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