El Levante agudiza la crisis del Almería y coloca al conjunto rojiblanco en situación de máximo riesgo y en gravísimo peligro de dejar de estar en la Liga BBVA.
Lamentable primer periodo del Almería ante el Levante. Para los aficionados locales debió ser un auténtico calvario ver la impotencia, incompetencia, falta de coordinación y nula eficacia de su equipo ante un rival que le pasó por encima.
Lucas Alcaraz traía bien aprendida la lección. Su equipo debía de tener las lineas muy juntas, defender con orden y esperar los desajustes de los locales, ya habituales desde que el efecto JIM pasó a ser efecto gaseosa.
Mal colocado, atenazado por su mala racha, su ansiedad se reflejo en un cúmulo de despropósitos que los visitantes aprovecharon para dejar prácticamente sentenciado el choque en media hora.
Desajustes Una vez más dos desajustes defensivos con la llegada por las bandas de los visitantes sirvieron para asistir primero a Barral y luego a Víctor para que los dos delanteros visitantes pusieran el 0-2 en el marcador y dejara sin aliento a la grada.
A perro flaco todo se le vuelven pulgas y así lo vivió el Almería que vio como con el 0-1 en el electrónico perdía por lesión al único jugador con presencia en su medular. Le sustituyó soriano que pasó a la posición de media punta. Un gran disparo de Tomer Hemed que rechazó Mariño y no supo aprovechar Thievy y un cabezazo de Ángel Trujillo rozando el palo fueron las dos únicas aproximaciones de los locales.
Barral Remontar el 0-2 para un equipo con tan poco gol como el rojiblanco se antojaba un milagro. A los pocos minutos de la continuación Edgar se colocó de lateral diestro sustituyendo a Ximo y en un lio entre el recien ingresado y Julián, Barral hacía el tercero que dejaba sentenciado el duelo y convertía la segunda mitad en un calvario para los jugadores y para los fieles espectadores que habían acudido a la llamada del club. Para agudizar más la frustración de la hinchada rojiblanca Dubarbier veía la segunda amarilla y dejaba a su equipo en inferioridad.
Casta Libre de toda responsabilidad el equipo sacó a relucir la casta de algunos de sus futbolistas, no de todos, y protagonizó algunas de sus mejores llegadas al área rival. Incluso llegó a acortar distancias por medio de Hemed al transformar un penalti inventado por Thievy. Pero Barral no quería pasar la oportunidad de lucimiento que su rival le ofreció y cerraba la cuenta de su equipo completando un hat-trick.
Pésimo partido de los locales de JIM y justa victoria del Levante que tuvo siempre el control del juego.
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