Cientos de personas dan su último adiós a Segura Vizcaíno

Seguro que ayer Viator vivió ayer la despedida en la que Juan Antonio Segura Vizcaíno hubiera estado presente desde un segundo plano. Observando, tal y como hacía siempre, y oyendo a todos los que allí se congregaron. Pero de forma discreta, sagaz como era él, sin querer ser el protagonista máximo de la historia. Pero Juan Antonio era ayer el motivo de concentración.

Cientos de viatoreños y de compañeros de su partido, así como de otras formaciones políticas, quisieron estar con él y con su familia. Primero en la sede del PSOE, donde se velaron sus restos cubiertos con la bandera socialista, hasta que pasadas las cuatro de la tarde el cortejo partió hacia la iglesia de Nuestra Señora de las Angustias. Allí le esperaban de nuevo muchos de sus amigos, de los que fue aglutinando a lo largo de su dilatada trayectoria política. De los más recientes y también de los más antiguos, como por ejemplo el hombre con el que negoció en muchas ocasiones, José Luis Aguilar, uno defendiendo los intereses del PSOE y otro los del Partido Popular, en esas negociaciones en las que Segura Vizcaíno disfrutaba. Las que llevaban horas y horas acompañados de tabaco, café, agua y paciencia, mucha paciencia.

Primera parada
Fueron sus familiares y amigos de toda la vida, entre ellos los que crearon el PSOE en Viator y que como él fueron alcaldes, Joaquín Álvarez y Cristóbal Urrutia, los que se encargaron de llevarle hasta la iglesia. Allí, quien es ahora la cara visible de su partido en el Ayuntamiento,Manuel Jesús Flores, leyó una semblanza de Juan Antonio Segura Vizcaíno, “un hombre sagaz” y que se convirtió en 1979 en el segundo alcalde más joven de nuestro país. Fueron unos minutos, quizás más de los que al propio Juan Antonio le hubiera gustado para describirle. Pero Flores volvió a recordar todo lo que apendió de él y “las muchas cosas que hizo por la mejora de nuestro pueblo”, de ahí a relatar la dilatada trayectoria en política municipal, provincial y autonómica de Segura Vizcaíno.

Tras la misa, los restos mortales del secretario general de la Agrupación socialista de Viator, fueron llevados de nuevo al coche fúnebre que lentamente comenzó su camino por las calles de Viator hasta el cementerio municipal seguido por cientos de personas que le ofrecieron su último adiós.