Acusados se lavaron para ocultar los restos de pólvora tras el tiroteo

Francisco S. F. respalda la tesis de la inocencia de su padre y alega legítima defensa en la muerte de dos familiares

la policía protege la Audiencia de Almería durante las sesiones del juicio
la policía protege la Audiencia de Almería durante las sesiones del juicio
Javier Pajarón
22:44 • 14 abr. 2015

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería celebró ayer una nueva sesión de declaraciones en el juicio con jurado popular por el presunto doble crimen de Costacabana. Un padre y sus tres hijos se sientan en el banquillo de los acusados por la muerte en julio de 2012 de Bernardo Santiago y su hijo José Santiago. Todos ellos eran familiares directos. Se enfrentan a penas de 40 años de cárcel por dos delitos de asesinato.





La jornada confirmó la voluntad de los acusados de respaldar una nueva versión de los hechos, presentada por primera vez en el mes de diciembre y dirigida a exculpar al patriarca Baldomero S. G. El acusado Francisco Miguel S. F. aseguró que los autores materiales de los disparos fueron él y su hermano José S. F. “Cuando estábamos fuera, mi padre salió, cogió a mi hermano y nos metimos en la casa”, respondió a preguntas del fiscal.





Francisco Miguel S. F. ratifica la declaración de su padre Baldomero S. G. y le sitúa como mero testigo de los hechos. Esta versión fue ofrecida por primera vez desde las muertes en la Audiencia de Almería, de forma voluntaria, en el mes de diciembre. Francisco Miguel y su hermano José se incriminaron en esa fecha y favorecieron la salida de la prisión provisional de Baldomero S. G. La Fiscalía no se opuso entonces y la Audiencia Provincial ordenó la excarcelación, aunque pesaba sobre él una petición de más de 40 años por dos asesinato y un delito de tenencia ilícita de armas.




Por otra parte, el testimonio de Francisco Miguel S. F. sirvió también para confirmar algunos elementos claves sobre la secuencia de hechos. Su relato acredita que los acusados se lavaron para ocultar los restos de pólvora procedentes del tiroteo, en algún momento entre los disparos y el arresto (se encerraron en el interior de la vivienda familiar).





La investigación del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional reflejó la ausencia de restos de pólvora en la conocida como "prueba de la parafina". Sin embargo, Francisco Miguel S. F. declaró en el juicio que realizó varios disparos junto a su hermano. Además, los agentes de la Policía Nacional indicaron que había muestras de haber usado el aseo para limpiarse. La acusación considera que esta actuación incrimina a los procesados y respalda la tesis de un plan preconcebido.




Las armas




Mientras, los acusados abonan la tesis de una legítima defensa. Los abogados apuntaron esta posibilidad durante las intervenciones iniciales en la primera sesión del juicio con jurado popular la pasada semana y el propio Baldomero S. G. lo hizo el lunes. “Mi hijo me dijo que tenían armas”, aseguró.





Ayer incidió en esta tesis Francisco Miguel S. F. “Escuché uno o dos disparos y vi a mi tío apuntando a mi hermano y a mi hermano apuntando a mi tío (...) cogí mi pistola del maletín y salí para intentar coger a mi hermano corriendo para meterlo en la casa”, dijo. “Disparé al suelo donde estaban ellos, pero en ningún momento apuntándoles (...) me acerqué y vi a mi primo en el suelo con un arma”, añadió.



El fiscal se empleó para subrayar ante el jurado que nunca se encontraron tales armas de las víctimas y que esta aseveración apareció por primera vez en tres años durante la sesión del juicio celebrada ayer. El relato de los testigos y de los investigadores servirá para contrastarla o no en las próximas sesiones. “Aunque acabemos en el mes de octubre”, como ironizó la magistrada Társila Martínez.


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