"Amigos del Parque Natural" premia la labor del SEPRONA y Miguel A. Blanco

En el marco del vigésimo aniversario de la fundación de la asociación conservacionista “Amigos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar”, miembros de la entidad hicieron entrega de la primera edición de los Premios Cabo de Gata.

Estos galardones, que en esta ocasión han sido concedidos al periodista Miguel Ángel Blanco y al Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, nacen con el objetivo de distinguir a personas, colectivos o instituciones cuya labor, relacionada con el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, haya contribuído a la protección y conservación del espacio natural. En la otra cara de la moneda, la asociación ha decidido impulsar también  la mención ‘Rascamoños’, que supone un reconocimiento público negativo a aquellas personas, colectivos o instituciones que hayan protagonizado acciones con repercusión negativa sobre el Parque Natural.

Reconocimientos

En un acto llevado a cabo en La Casa de las Mariposas y con el apoyo del subdelegado del Gobierno en Almería, Andrés García Lorca, los galardonados recibieron una escultura denominada "aire" realizada por el artista Gerardo Jofré. Por su parte, Miguel Ángel Blanco Martín -periodista especializado en temas ecológicos y culturales- fue premiado por haber sido uno de los precursores del manifiesto en defensa de la creación de este espacio natural. En el caso del SEPRONA, la asociación quiso dar un reconocimiento a su labor de velar por el cumplimiento de las disposiciones legales en materia de medio ambiente y garantizando así la protección del Parque.

"Rascamoños" La asociación también ha querido dejar en evidencia que hay entidades no tan concienciadas sobre el valor ecológico del Parque Natural. Por ello, de forma paralela, la empresa ‘Agrícola Mar Menor’ -propietaria del Cortijo del Fraile y de los terrenos colindantes- tuvo el dudoso privilegio de ser distinguida con la mención ‘Rascamoños’ “por haber demostrado en casi dos décadas de actividad en el Parque Natural su poca sensibilidad para el mantenimiento de un edificio considerado emblemático para muchos ciudadanos y colectivos, declarado Bien de Interés Cultural (BIC)”, según manifestó la propia Asociación ecologista.