La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Almería ha dejado visto para sentencia el juicio contra una varón almeriense, identificado como Juan Manuel M. G., acusado de agredir sexualmente a una niña de sólo dos años de edad en la capital en 2013. La acusación particular, ejercida por el letrado Leopoldo Marfil, y el Ministerio Fiscal mantienen las peticiones de diez y ocho años de prisión respectivamente por un delito de agresión sexual.
En la última sesión del juicio, celebrada el miércoles, el personal sanitario que atendió a la menor en su llegada al Complejo Hospitalario de Torrecárdenas incriminó a Juan Manuel M. G. Sus informes describen unas graves lesiones genitales compatibles con una agresión sexual, con resistencia de la menor, y desmontan la versión ofrecida por el acusado.
En su testimonio, a preguntas del fiscal, el procesado aseguró que la niña se cayó en varias ocasiones y se montó sin pantalón ni pañal en una pequeña bicicleta. Ese habría sido el origen de los daños presentados, según su relato. Sin embargo, los informes médicos apuntan en otra dirección y, según las conclusiones de las acusaciones, deberían constituir prueba de cargo contra Juan Manuel M. G.
El acusado era amigo de la madre y se encargaba del cuidado de la niña. Esa tarde estuvieron solos durante, la menos, seis horas en la vivienda. Cuando la madre llegó a casa y vio las lesiones en la cara, trasladó a la pequeña rápidamente hasta Torrecárdenas. Allí se descubrieron las lesiones genitales que sostienen la actual acusación.
Los testigos tampoco son favorables a las tesis de la defensa. La cuidadora de la guardería relató la reacción nerviosa y atemorizada de la menor cuando el acusado fue a recogerla a la guardería la tarde de los hechos. “Nunca la había visto así”, dijo.
Por su parte, un amigo de la madre contó en la sala de vistas del Palacio de Justicia la secuencia desde la llegada de la madre a la vivienda hasta el traslado de Torrecárdenas, así como los golpes que la víctima tenía en el rostro.
También la Policía Nacional incrimina a Juan Manuel M. G. El agente encargado de la inspección ocular recordó las manchas de sangre halladas en distintos puntos de la casa y el estado en el que la niña se encontraba. De hecho, la pequeña estuvo una semana ingresada en el hospital almeriense y cinco días sin poder abrir los ojos por las lesiones causadas al rociarle colonia en los ojos. El acusado dijo que se la echó la propia niña mientras jugaba sola en la habitación esa misma tarde.
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