Carril bici ¿sí o no? Desde hace unos meses, sobre todo desde que arrancaran las obras correspondientes a la Junta de Andalucía del Plan Andaluz de la Bicicleta (PAB) que son las que recorren las calles más controvertidas de la ciudad, los vecinos de la capital están divididos en partidarios y detractores de esta red.
Tanto es así que hasta el Facebook de este periódico acumula multitud de comentarios cada vez que alguna de las partes, los defensores o críticos, muestran su visión de la situación.
Cierto es que uno de los mayores problemas es la desinformación con la que cuenta la ciudadanía ya que hasta que no se han iniciado las obras como tal nadie parece haber tenido claro lo que iba a ocurrir, a pesar de que la tramitación administrativa del proyecto se ha llevado durante más de dos años.
Esto pone de relieve que hay un paso comunicativo que no se ha gestionado adecuadamente y que es el principal problema.
En contra
Aquellos contrarios al desarrollo de la red de carriles bici muestran como principal argumento la desaparición de plazas de aparcamiento que se está produciendo. Creen, sobre todo en las calles más céntricas que son sin duda las que más polémica han generado, que se trata de una forma de conseguir llenar los aparcamientos municipales.
Afirman además que algunas de las soluciones tomadas que hacen circular carriles bici por las aceras o aquellos que se han denominado como mixtos están “comiendo espacio a los peatones”.
Los comerciantes ven el desarrollo de los carriles como un problema para que acudan clientes, y hay incluso quien pregunta sobre las soluciones que se van a dar para personas con movilidad reducida que necesitan utilizar para su transporte el coche.
Pero sin duda la principal crítica va directa contra los ciclistas que deciden seguir circulando por la calzada a pesar de contar con un espacio exclusivo casi en paralelo.
A favor
Pero no todo son críticas. La nueva red de carriles bici cuenta con defensores y no solo de los colectivos ciclistas, sino de aquellos ciudadanos que aún apostando por este medio de transporte no se atrevían a utilizarlo por miedo al tráfico y que ven en esta red una forma de movilidad cómoda y barata.
Los que defienden este sistema recuerdan que la desaparición de aparcamientos forma parte precisamente del objetivo con el se crea el Plan Andaluz de la Bicicleta y que busca una movilidad sostenible tratando de quitar espacio al coche para que se opte por otros medios de transporte como la bicicleta o el transporte público.
Reconocen que hay algunos tramos que no han quedado bien porque discurren por la acera y también critican los carriles mixtos, además de solicitar más zonas de aparcabicis.
Sea como sea, de un lado o de otro, lo cierto es que la polémica sí que está servida.
Lo pendiente
La ciudad de Almería contará con 35 kilómetros de vías ciclistas, entre carriles bici, mixtos y ciclocalles, una vez que terminen las obras del Plan Andaluz de la Bicicleta (PAB), algo que sin duda motivará su uso más allá de la práctica deportiva o el paseo de domingo a ser un verdadero medio de transporte.
Al menos esa es la intención que en todo momento ha tenido este plan y que debería apoyarse en diferentes medidas consensuadas entre Junta de Andalucía y Ayuntamiento de la capital una vez terminadas las ‘polémicas’ obras para que este enfrentamiento acabe con final feliz.
Para ello, la apuesta debe pasar por un cambio de mentalidad en lo que a la necesidad del uso del coche se refiere. Eliminando aparcamientos la intención es que el vehículo individual quede solo para desplazamientos puntuales de larga distancia. De hecho, las cuentas que realiza la institución autonómica es que una vez acabados los carriles se producirán en bicicleta 24.900 desplazamientos diarios, de los cuales 7.400 serán restados directamente al coche, por lo que la ciudad dejaría de emitir un total de 2.360 toneladas de CO2 al año.
Pero en este fomento del uso de la bicicleta habría que añadir lo que ya existe en otras ciudades, un sistema de alquiler que permita poder hacer estos desplazamientos sin la preocupación de dónde guardar el vehículo. Tanto Consorcio Metropolitano de Transportes como Ayuntamiento de Almería, por separado, han mostrado su interés en ponerlo en marcha.
Transporte público
Pero sin duda en lo que habría que hacer un refuerzo es en el sistema de transporte colectivo de viajeros.
Y es que el autobús tiene que responder a las verdaderas necesidades con las que cuentan los ciudadanos. Así, es necesario un trazado con líneas más cortas y con más frecuencias y horarios establecidos para que sea operativo para los trabajadores y estudiantes que a día de hoy, utilizan su coche cada día.
Se trata de un cambio de mentalidad en lo que a movilidad se refiere, si no se da, los carriles no tendrán éxito.
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