Recorrido por el centro de la ciudad en una locomotora

Es una buena manera para tener una primera toma de contacto o despedirse de la ciudad. LA VOZ se ha subido al tren turístico que desde 2005 recorre buena parte del centro histórico, un trayecto que pretende mostrar la historia y esencia de Almería.

La Plaza Emilio Pérez, más conocida como Plaza Circular, es el punto desde el que parte y termina este viaje. A lo largo del trayecto sus pasajeros pueden observar la característica Fuente de los Peces, la casa en la que vivió Federico García Lorca, el Hospital Provincial, contemplar a lo lejos la catedral (aunque  la calle por la que transcurre está ahora en obras) y adentrarse en el Barrio de Pescadería para llegar al Puerto Pesquero.

Es allí donde los turistas pueden disfrutar de unas de las estampas más bellas, las embarcaciones pesqueras con la Alcazaba de Almería de fondo.

El Cable Inglés y la antigua estación de tren también forman parte de este recorrido, que tras pasar por estas dos zonas de referencia circula por la Rambla Federico García Lorca hasta coger la céntrica Rambla de Obispo Orberá, donde está la Compañía de Almería, el Mercado Central o el Teatro Apolo.

En Puerta Purchena pueden contemplar la estatua dedicada a Nicolás Salmerón, el conocido como El Cañillo y la Casa de las Mariposas, edificio emblemático en la capital.

El viaje sigue y la imagen a lo lejos del Sagrado Corazón, en el cerro de San Cristóbal, y una vista lateral de la Plaza Vieja también pueden contemplarse. La plaza de San Pedro, con su iglesia al frente, también es observada por las personas que deciden subirse a este tren turístico. Ya en el céntrico Paseo de Almería los viajeros ven, entre el ajetreo de la calle, el Teatro Cervantes y el Círculo Mercantil. Y a escasos metros, regresan a la Plaza Circular, donde antes ya pudieron contemplar la Casona Vasca.

Aquí se pone punto y final a un recorrido que de fondo ha contado con información, difundida a través de megafonía, de los lugares por los que se ha pasado. 

Diego Francisco Díaz es uno de los conductores de este tren, “que no está bautizado”. “El 80% de los pasajeros es gente de fuera, que visita la ciudad y no quiere perderse ver la ciudad desde otra perspectiva. Parejas y familias son los principales usuarios”, explica Diego Díaz tras terminar el último de los recorridos del día. “A mí me encanta el tren e intento prestar el mejor servicio que se pueda para que la gente se vaya contenta”, afirma Diego Díaz, quien lleva conduciéndolo seis años. En este tiempo han sido muchas las anécdotas vividas. 

Pero no sólo está al frente del volante de este vehículo turístico, sino que también resuelve algunas dudas de los usuarios. “Me preguntan cosas de interés de la ciudad y de su población, dónde ir o tomar algo”, enumera.