Emelina Soriano, la coleccionista de la Feria de Almería

Todavía pone flores en su balcón que, vistas desde abajo, desde la calle Terriza, aportan un punto de color que recuerda que hubo un tiempo en que el centro de Almería, y no sólo algunos barrios, parecía un pueblo. Un mosaico de la Virgen del Mar custodia la puerta de su casa en toda una declaración de intenciones: se trata de la primera promoción de Feria de LA VOZ que se abre al paso del visitante. Dentro, la colección abarca toda una vida. La de una almeriense de 87 años  que nunca ha perdido la ilusión de recopilar todo lo que le recuerda a su amada tierra.

Emelina Soriano (Almería, 1927) conserva en los ojos el brillo de la juventud y no duda en reconocer que no lee otro periódico que LA VOZ. “Lleva suscrita desde siempre, ni los ordenadores saben la antigüedad, pero 40 años mínimo”, apunta Francisco Andrés Martínez, del Departamento de Distribuciones y Suscripciones de este diario.

Al igual que otros muchos almerienses que aguantan largas colas cada mes de agosto por conseguir uno, los abanicos de Feria son su pieza predilecta. Unos los guarda en cajas de madera y armarios; mientras otros permanecen expuestos como elemento decorativo junto a muñecas, dedales y todo tipo de figuras en una enorme vitrina que preside su salón . “Los que más me gustan son los pintados a mano, en especial los que reflejan estampas muy de Almería como la Patrona”, confiesa en alusión a la colección que pintó Manuel Domínguez y que se distribuyó con este periódico en el año 2012.

Amante de los caballos
Al margen del coleccionismo y su familia (tiene ocho hijos, doce nietos y tres bisnietos), la gran pasión de esta mujer de espíritu joven (es usuaria de Facebook) siempre han sido los caballos. No en vano, para ella la Feria significa montar en uno  -llegó a tener diez- y pasear entre luces y farolillos como atestiguan las fotografías antiguas que cuelgan de su entrada. 

Su presencia en la Batalla de Flores nunca pasó desa­percibida para muchos ciudadanos que aún la recuerdan, ya que era la única mujer entre muchos hombres. “Ahora parece que quieren recuperar los caballos para la Feria”, expresa feliz.

La Unión Deportiva Almería es otra de las debilidades de Emelina. De hecho, la han definido como “la abuela del equipo”. Es abonada y anima como la que más con su bandera rojiblanca y una camiseta que lleva su nombre. 

Sin borrar la sonrisa de la cara, esta almeriense de bandera recoge los objetos preparados para el reportaje y concluye a modo de balance vital: “He pasado cosas malas en la vida, pero las alegres pesan más”.