Los almerienses claman contra los actos violentos hacia las mujeres

Concentraciones, marchas, minutos de silencio, lectura de manifiestos, conferencias, charlas e incluso talleres de defensa personal se han sucedido a lo largo del día de ayer en diferentes puntos de la provincia coincidiendo con el Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres.

El Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) reunía en el Museo Arqueológico un acto en el que la presidenta del Gobierno de la Junta en Almería, Gracia Fernández, tomaba la palabra para leer un manifiesto en el que, com voz de los almerienses, repetía el lema #Yonosoycómplice.

El alcalde en funciones de la capital, Ramón Fernández Pacheco, leía otro manifiesto, este de carácter municipal, ante la puerta de la Escuela Municipal de Música, en la calle Obispo Orberá. Acompañado por concejales de todas los grupos con representación municipal, reclama “unidad” para erradicar la violencia de género.

El acto, al que acudían  alumnos de entre 14 y 18 años del instituto María Inmaculada y de La Salle, quedaba completado con una charla impartida por inspectores del Cuerpo Nacional de Policía sobre Prevención de Violencia de Género a través de las Redes Sociales.

Marcha en la capital
La marcha organizada en la capital en la tarde de ayer por la Plataforma de acción feminista se convertía en respuesta contundente frente a la violencia que sufren las mujeres.

Minutos de silencio en recuerdo de las víctimas se repitieron, además de en la capital, en otros municipios como Gádor, Zurgena, Carboneras, Vícar, Roquetas de Mar, El Ejido, Albox o Huércal-Overa, entre otros  muchos. Una marcha silenciosa reunía a vecinos de Roquetas de Mar y otra marcha, en Adra, terminaba con un gran lazo morado, que es el color que ha lucido en los actos celebrados en la provincia.

Y de morado quedaba iluminada también la fachada de la Subdelegación del Gobierno en Almería. En otros municipios, las mujeres han recibido charlas y han participado en talleres de defensa personal como el celebrado en Huércal-Overa, mientras que en Pulpí, huellas moradas y mensajes de Basta Ya.