La posibilidad de graves daños en viviendas es hoy notablemente inferior a la de hace veinte años. Lo dicen los técnicos de instituciones como ICC (Ingeniería y Control de Cálculo), expertos en el seguimiento de las normas de sismorresistencia y en el control de calidad en la edificación.
El ‘secreto’ reside en la progresiva incorporación de normas para la mejora de la resistencia en las viviendas, normas que responden a la incidencia de los terremotos en las estructuras y en su capacidad para soportar las tensiones derivadas.
Resistencia
En el caso de la capital los técnicos sostienen que el 95 por ciento de las viviendas están preparadas para resistir los terremotos, al menos en los parámetros recogidos por la normativa que se renovó hace en torno a veinte años.
Pero no todas las zonas y comarcas son iguales; en el caso de la capital las normas están calculadas para resistir sin daños terremotos de hasta 7 grados en la escala de Richter. No todas, ya que hay en torno a un 5 por ciento que son antiguas y que no se han adaptado a esas normas por las dificultades técnicas que entraña una obra de ese tipo.
Más exigentes son las reglas que rigen en comarcas como el Poniente almeriense, el área de Berja y La Alpujarra, donde las viviendas están preparadas para resistir seismos de entre 8 y 9 grados en la escala de Richter.
En general, el nivel de exigencia es mayor donde las condiciones geológicas permiten suponer un riesgo de terremotos de mayor magnitud, entre ellos esa zona del Poniente-Alpujarra o la zona sur de Granada, donde el grado de resistencia se eleva hasta los nueve grados.
Experiencia
La adopción de esas normas por parte del sector de la construcción “ha mejorado mucho”, señalan desde ICC. Si hace veinte o treinta años algunas empresas presentaban cierta resistencia al cumplimiento estricto, “hoy casi nadie pone pegas ni escatima en medios para que las construcciones sean sismorresistentes”, afirma José Luis Sebastián.
En cualquier caso los técnicos explican que este tipo de normas de seguridad ante los terremotos están en constante evolución y se basan en datos empíricos como son los comportamientos de las estructuras en aquellas zonas más afectadas por seismos.
Ese conocimiento es el que permite que zonas como Japón, México o Chile, donde se han sucedido los mayores terremotos de los últimos años, tengan un nivel muy elevado de eficiencia en la construcción y en la aplicación de normas que, en cualquier caso, posteriormente se trasladan al resto del mundo.
En Almería, según los técnicos, el nivel de cumplimiento y el de calidad en la construcción es hoy mucho más alto que hace apenas veinte años, lo cual aporta más seguridad a los ciudadanos a la hora de afrontar con garantías de éxito sucesos como los que sucedieron ayer.
Alerta sísmica
Un informe de un grupo de investigación de la Universidad Complutense de Madrid, que acaba de ver la luz, ha demostrado la viabilidad de un sistema de alerta temprana para detectar terremotos al sur de la Península Ibérica.
En el análisis realizado Almería aparece como una de las zonas con mayor riesgo de sufrir movimientos sísmicos y el sistema de alerta permitiría detectar la magnitud y avisar pocos segundos después del temblor para mitigar los posibles daños.
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