Un cultivo indoor de 228 plantas de marihuana requiere de una completa instalación de ventiladores, extractores y lámparas. Es tan importante como el riego o el propio abono de las macetas. Oxigenan las habituaciones y mantienen la temperatura idónea para el adecuado crecimiento de los brotes.
Sin embargo, un equipo de estas características requiere también un constante suministro de energía eléctrica, con frecuencia, insuficiente para la instalación de una vivienda convencional. Por eso, los traficantes buscan recursos alternativos, aunque supongan cometer otro delito.
Una operación desarrollada por la Policía Nacional de Almería el pasado jueves ha destapado una plantación casera en el interior de un inmueble en el Barrio Alto de la capital gracias, precisamente, a los trabajos de los ‘jardineros’ para conseguir fluido eléctrico suficiente para cultivar las plantas.
Los agentes descubrieron a tres varones identificados como A. R. A. M. de 32 años, J. F. P. H. de 30 y J. M. L. S. de 27 cuando manipulaban el cableado de la red pública de abastecimiento de electricidad desde la azotea de una casa unifamiliar en la calle Ángel Ochotorena. “Una patrulla de la Policía Nacional que realizaba labores de prevención de la delincuencia observó a varios individuos en una azotea manipulando los cables de un transformador de la luz”, señala un portavoz oficial de la Comisaría de Almería.
Los enganches ilegales eran determinantes para la supervivencia del cultivo interior. La Policía Nacional procedió al registro del inmueble y descubrió un auténtico ‘invernadero’ entre los muros de la vivienda.
24 transformadores
Los presuntos narcotraficantes habían establecido las macetas con 228 plantas en las habitaciones de la casa, sostenidas gracias a un sistema de riego e iluminación. Los enganches ilegales en el exterior conducían la electricidad hasta el inmueble.
Para evitar posibles fallos en el suministro o sobrecargas que dañaran las lámparas y los ventiladores, los responsables del cultivo colocaron también 24 transformadores distribuidos por las dependencias. En total, los agentes han acreditado la presencia de 23 lámparas y seis ventiladores.
Además, según la investigación de la Policía Judicial, los traficantes utilizaban la vivienda como punto de venta de estupefacientes. La Comisaría de Almería habla de “supermercado de la droga”, especializado en marihuana y hachís. De hecho, en el registro los investigadores hallaron también pequeñas dosis de hachís que apuntarían a la distribución de esta sustancia desde el recinto.
“La casa disponía de una habitación usada directamente para la venta de sustancias estupefacientes, marihuana y hachís”, explican fuentes oficiales de la Policía Nacional en Almería. “El mismo domicilio estaba dotado de todo lo necesario para la producción, tratándose de un lugar de fabricación y venta directa a los consumidores”, añaden.
A los tres detenidos se les imputan delitos contra la salud pública y suministro de fluido eléctrico. Han pasado a disposición del Juzgado de Instrucción número Dos de Almería, en funciones de guardia.
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