Estudiantes luce más que el sol el Miércoles Santo

Unos 150 nazarenos y 45 mantillas acompañaban a la Oración y a la Esperanza

Nuestro Padre Jesús en la Oración en el Huerto en una imagen repleta de misticismo en el interior de la Catedral.
Nuestro Padre Jesús en la Oración en el Huerto en una imagen repleta de misticismo en el interior de la Catedral.
José Luis Laynez
22:40 • 12 abr. 2017

Ha sido nuestro compañero en tareas radiofónicas cofrades Antonio Artero quien me ha inspirado el titular. Preguntado por Alfredo Casas en la Cadena SER por sus sentimientos de esta tarde, dijo rotundo: “Para mí el Miércoles Santo es el cuarto día que reluce más que el sol”.




La verdad es que la procesión de Estudiantes ha lucido más que el sol, como se decía antaño de los tres jueves: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión. Sol al que hay que agradecer que no nos abandone en toda la Semana Santa, dando mayor brillo y realce a las procesiones de nuestra ciudad.




Hoy no ha sido una excepción y, cuando a las ocho de la tarde se ha abierto por segunda vez el portón de la Catedral para permitir la salida, en este caso, de la Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto y la Virgen del Amor y la Esperanza, conocida popularmene como Estudiantes, la plaza de la Catedral se hallaba rebosante de público, animado en parte por el buen tiempo reinante.




Dos pasos
Los pasos de Estudiantes se hallaban ‘aparcados’ en el trascoro de la Catedral. Lucían bello ornato floral con orquídeas, calas y cardos morados el paso de Misterio, comandado por Miguel Ángel Plaza; y orquídeas, claveles y rosas de distintos tamaños blancas y violetas el paso de la Esperanza, cuyo capataz es Benjamín González.




A las ocho en punto de la tarde ganó la Cruz Guía una abarrotada Plaza de la Catedral. Tras ella procesionaban unos 150 nazarenos, con uniformidad en el hábito, túnica blanca con botones, capirote y capa verde, cíngulo de esparto y escudos en el antifaz y la capa.




Medio centenar de mantillas ejercían de camareras de la Esperanza. Al frente de todo, el hermano mayor, el incombustible José Luis Cantón.




Tras la multitudinaria salida de la Cofradía y atravesar la Plaza, el cortejo tomó calle General Castaños para llegar a la iglesia de Las Puras.





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