Más de 3.000 personas asisten a la ultima noche del Festival Internacional de Folclore

Osetia del Norte, Cuba y Rusia, además de Almería como anfitrión, deleitan con sus músicas y bailes

Instantánea que dejó la segunda velada del festival.
Instantánea que dejó la segunda velada del festival.
La Voz
17:47 • 23 ago. 2017

El gusto y el respeto por las culturas de todo el mundo es algo que el Festival Internacional de Folclore de Almería viene reforzando con éxito durante más de tres décadas. Anoche, el Parque de las Almadrabillas volvió a registrar un espectacular lleno, con una asistencia de más de 3.000 personas, para disfrutar de la segunda velada de la trigésimo cuarta edición de esta convocatoria organizada por el Área de Cultura, Educación y Tradiciones del Ayuntamiento de Almería. Una velada que ayer recorrería Osetia del Norte, Cuba y Rusia, además de contar con la actuación del Grupo Municipal de Folclore ‘Virgen del Mar’ que abrió y cerró como anfitrión.




Fandanguillos de Almería y refajonas fueron los encargados de abrir una fantástica noche de feria junto al Mar Mediterráneo y con el Cable Inglés como imponente elemento estético del escenario. Dirigidos por José Francisco González, el grupo demostró su solera en el conocimiento de la escuela bolera, el flamenco y folclore almeriense, despertando las ovaciones de un público entregado e identificado.




La ruta internacional continuaría con Osetia del Norte, que limita al sur con Georgia, Armenia y Azerbayan, con el grupo Arfan, que se caracteriza por la juventud de sus componentes, casi todos entre los 10 y 17 años. Una asociación cultural que, además, también recogió varios elementos musicales de Cáucaso norte. Danzas alegres y divertidas, incluso con algún apunte de modernidad, como evidenciaron con una pieza instrumental al acordeón, pero acompañado de base electrónica.




El tercer grupo en aparecer en escena con una indumentaria colorista y propia de su música fue Cuba. Creado en 1997, Telón Abierto apareció no solo con la intención de incentivar el movimiento artístico en la Universidad de Ciego de Ávila, también tiene entre sus propósitos investigar las tradiciones autóctonas de comunidades asentadas en el territorio y que muestran sus ritmos originales. Así, su espectáculo, además de recoger los sones y ritmos más comerciales, también se deslizó por el territorio ‘afro’ especialmente en las percusiones. Su espectáculo fue el más participativo pues no dudaron en bajar del escenario y animar al público a sumarse al baile.




La última formación en salir a escena sería el grupo Kamushka, de la región del oeste de los Urales, fundado en 1943. Con más de 2000 estudiantes, el grupo lanzó el lado más divertido de su amplia gama de bailes, desde el que hace referencia al río que les da nombre, los típicos ‘desafíos’ por parejas donde la escala de virtuosismo en la danza acaba siendo vertiginosa o las coloristas acrobacias finales con la ‘Suite Ural’.




Como manda la tradición no escrita, al igual que lo abren cada edición, el cierre vendría, de nuevo, de la mano del Grupo Municipal de Folclore ‘Virgen del Mar’, más de dos horas después del comienzo, con el fandanguillo de Almería. El colofón a dos días de integración entre países y culturas, conociendo y respetando las músicas y bailes de todo el mundo.






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