Desierto: lo que hace diferente a Almería

Para huir de los tópicos hay muchas alternativas para conocer Almería de una manera original y que sin duda nos hará recordarla con más intensidad

Miguel Arranz
11:11 • 20 dic. 2013

En esta nueva entrega de rutas para conocer (y amar) nuestra provincia, el viajero decide empezar por la seña de identidad más clara de Almería. Querámoslo o no, decir Almería Almería viene ligada a la imagen del desierto, del oeste y en definitiva, de un lugar mítico en la conciencia de los ciudadanos.


Un espacio único en Europa , demasiadas veces denostado y sin embargo es el que encierra la belleza más personal de nuestra tierra. Tabernas está considerada como la única zona desértica propiamente dicha de todo el continente europeo y ofrece un paisaje tremendamente sugestivo y sobrecogedor.


Precipitaciones que no alcanzan 250 mm anuales y temperaturas medias superiores de los 17ºC, han contribuido a la formación de un tipo de terreno conocido como "bad-lands" (tierras malas), enclavadas entre los altos relieves de Filabres, Alhamilla, Gádor y Sierra Nevada. Al interés paisajístico y geológico, se une un alto valor botánico y faunístico, por hallarse especies que se distinguen por su rareza, muchas únicas en el continente europeo e incluso en el mundo.




La desolación del Desierto de Tabernas es tan espectacular como las características geológicas que lo enmarcan, mientras la escasa y rara vegetación, constituye una comunidad semejante al de los desiertos norteafricanos. La singularidad de la flora del desierto almeriense la define la presencia de la crucífera Euzomodendron bourgaeanum (endemismo de Tabernas).


Para el forastero (nunca mejor dicho, que para eso estamos en parajes de pelis del oeste) acercarse al desierto bajando la autovía a-92 desde Gérgal es zambullirse en un espectacular paisaje de de alto contraste, con sierra Alhamilla de fondo, peña Alfaro de referente y una sucesión de cárcavas, ramblas y barrancos que nos iremos encontrando a diestro y siniestro. Al amanecer y al atardecer, el desierto regala toda una gama de claroscuros sobrecogedores cuya plasticidad parece casi irreal.




Pero lo bueno es pisar ese terreno de polvo y matorral que tantas veces ha sido decorado de películas para sentir realmente el latido del desierto, como algunos senderistas acertadamente lo denominan. Para ello, podemos optar por dos rutas que se realizan partiendo de la estación de servicio Alfaro.


Hay que bajar por la via de servicio en dirección sur hacia la Rambla del Cautivo donde, pasado un kilómetro y medio pasaremos por el puente que le da nombre, y girarnos a la derecha para ir hacia la rambla del Otero, un auténtico escenario natural de películas del oeste y donde las cárcavas modelan un paisaje asombroso.




Otra ruta podemos realizarla pasando por debajo del puente del Cautivo y tomar la rambla de Tabernas que nos llevara por un cauce donde es habitual que discurra agua también salobre, debido a la gran cantidad de yesos y una abundante vegetación higrófilacompuesta principalmente por carrizos, eneas, tarays, adelfas y cañaverales.


Pasaremos por un oásis, que se construyó para Lawrence de Arabia y pasando por el puente de los Callejones divisaremos otro de los poblados míticos, el Western Leone. Otra ruta, para este viajero es la que más le gusta, no lovoy a negar, es la que parte en la curva de la carretera que nos indica la entrada a otro de los decorados míticos del spaguetti western: Fort Bravo.


Desde ahí, parte una rambla que nos introduce de lleno en un paisaje natural espectacular y que a poco que andemos, nuestra imaginación nos puede engañar y oir algún silbido de guerrero navajo o el fino timbre de una armónica y esperar a encontrarnos con la silueta de Clint Eastwood o la mirada de hielo de Henry Fonda. Todo ello sin duda viene dado por una vegetación donde los tarays, retamas, adelfas, palmitos e higueras que nos lleva uno de los puntos de interés, el poblado Fort Bravo, con su fuerte en la entrada para despejar cualquier duda de que esto es territorio vaquero.


Como curiosidad, disponen de cabañas para pasar un fin de semana de cine. Una ruta más turística es la opción de OASYS Mini Hollywood, un auténtico parque temático del oeste que completa con uno de los mejores zoos del país y en verano una mas que refrescante piscina. En los tres lugares indicados, se realizan funciones con escenas auténticamente espectaculares de especialistas del género. Recientemente Tabernas ha potenciado su capitalidad del cine del oeste o western con la creación de un festival sobre este popular genero cinematográfico.


Acompaña esta potenciación turística, una serie de rutas donde paneles informativos dan cuenta de los escenarios naturales que pisamos mientras nos sorprendemos de la majestuosidad de unos paisajes irrepetibles. Un ejemplo puede ser realizar una ruta por el Cañón Negro o rambla Honda , escenario de películas como Chato el Apache, del duro Charles Bronson y que podemos acceder yendo desde Tabernas por la carretera que la une con Tahal y pasado el cruce con la de Velefique y antes de llegar a la plataforma solar, tomar un camino a nuestra izquierda que nos llevara al inicio del cañón.


Peña Alfaro, que tantas veces ha sido decorado natural de películas, es lo que los geólogos llaman un ejemplo de balanceamiento, donde las arenas margas que sirven de base se doblegan ante el peso de la masa pétrea que sostienen en su cumbre. 744 metros sobre el nivel de mar que es todo un balcón para asomarse al espectáculo del desierto, a través de una ruta una tanto exigente. Más accesible es llegar hasta el pico del Colativí, en la carretera que pasado Tabernas nos lleva por el bonito pueblo de Turrillas, con un mirador impagable, y pasado este alcanzaremos la cima de Sierra Alhamilla, un auténtico muro culpable del clima desértico que deja a sus espaldas.



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