El Gobierno que preside Mariano Rajoy (PP) no tardó ayer ni tres horas en aprobar medidas para llevar a la práctica el artículo 155 de la Constitución española tras la Declaración Unilateral de Independencia aprobada en el Parlament de Cataluña.
Fue todo un golpe de efecto, un golpe en la mesa, para demostrar que, con la Ley en la mano y refrendados por el acuerdo en el Senado, el Ejecutivo de la Nación toma el control de la situación política en Cataluña con el cese del presidente, Carles Puigdemont, y sus consejeros, y con la disolución del Parlament.
Mariano Rajoy estaba facultado para esa disolución y para convocar elecciones de inmediato. Serán el próximo 21 de diciembre, aunque se había especulado con el mes de enero e incluso se había apuntado un plazo de hasta seis meses para la celebración de los comicios autonómicos.
En una comparecencia en el Palacio de La Moncloa, sin preguntas, el presidente del Gobierno lamentó que los españoles “estamos viviendo hoy (por ayer) una jornada triste en la que la sinrazón se ha impuesto a la ley y ha derribado la democracia en Cataluña despreciando el interés general, sin respeto de los derechos de la mayoría y sin reparar en las circunstancias ni inquietarse por el daño que se pudiera causar”.
A lo largo del día y en su discurso, Rajoy llamó a la “tranquilidad” de la sociedad española. Aunque reconoció que había “ánimos exaltados”, ahora “importa mucho la la prudencia y la serenidad, pero también la confianza en que el Estado dispone de medios suficientes para, con todo el respaldo de la ley y de la razón, de forma pacífica y moderada, recuperar la normalidad legal y disolver las amenazas que nos están volcando sobre la convivencia”.
Devolver la legalidad
Tras enumerar las medidas que aprobó dos horas antes el Consejo de Ministros en una reunión de carácter extraordinario, el jefe del Ejecutivo español explicó que lo aprobado es “para restituir un autogobierno que ha sido liquidado en las últimas semanas por una cadena de decisiones ilegales, arbitrarias y excluyentes adoptadas por los gobernantes de la Generalitat. Son los pasos necesarios e imprescindibles para devolver la legitimidad democrática al autogobierno”.
A su juicio, lo que ocurrió a primera hora de la tarde en el Parlament, con el debate y votación de la DUI, es que “se han impuesto los partidarios del cuanto peor, mejor”. Se han impuesto “los que han llevado a Cataluña a un callejón sin salida, los que han liquidado una tradición de catalanismo integrador y pactista que fue motor de progreso en toda España”.
A Puigdemont
Mariano Rajoy mandó un mensaje directo al hasta ayer presidente de la Generalitat. Lo hizo con esta frase textual: “Ayer, el señor presidente de la Generalitat tuvo la oportunidad de volver a la legalidad y de convocar elecciones. Es lo que le pedía la gran mayoría de la sociedad de Cataluña. No quiso hacerlo. Pues bien, el Gobierno de España toma las medidas para recuperar la legalidad y ha decidido, además, convocar elecciones en Cataluña”.
Sus últimas palabras fueron de agradecimiento a PSOE y Ciudadanos y a sus líderes así como a partidos coaligados con el PP y a CC.
Antes de la comparecencia, en el BOE se pusieron en marcha mecanismos para aplicar el famoso artículo 155.
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