El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong Un, aterrizarán este domingo en Singapur con varias horas de diferencia para acudir a la histórica cumbre entre ambos países que tendrá lugar el próximo 12 de junio con el objetivo de abordar la gestión del arsenal nuclear de Corea del Norte.
La delegación de Estados Unidos, que ha partido hacia Singapur directamente desde Canadá tras participar en la cumbre del G-7, tiene previsto aterrizar por la tarde (hora local) en la base militar de Paya Lebar. Trump iniciará su agenda oficial el lunes por la mañana con una reunión con el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong.
A bordo del Air Force One se encuentran, entre otros, el secretario de Estado, Mike Pompeo; el consejero de Seguridad Nacional, John Bolton; y el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, John Kelly.
Kim ha aterrizado en torno a las 12.30 (hora local) en el aeropuerto de Changi, Singapur, en un vuelo de Air China procedente de Pyongyang. El avión de fabricación rusa transporta comida, vehículos y armas autorizadas, entre otros insumos necesarios para el líder norcoreano, según ha informado el diario local 'The Strait Times'.
"Damos la bienvenida a Kim Jong Un, que acaba de aterrizar en Singapur", ha escrito en Twitter el ministro de Exteriores de la nación asiática, Vivian Balakrishnan. Además, ha publicado una fotografía en la que ambos aparecen estrechándose la mano en las escalerillas del avión. En las próximas horas, se verá también con Lee.
Un equipo norcoreano encabezado por Kim Chang Son, uno de los hombres de confianza de Kim, lleva allí varios días para ultimar el cara a cara con Trump. El resto de la delegación norcoreana llegó el sábado.
Una ciudad fortificada
Singapur, una ciudad-estado de apenas cinco millones de habitantes conocida por ser uno de los pocos focos de estabilidad democrática en la región, se ha convertido en una auténtica fortaleza para albergar la reunión entre Trump y Kim.
Las autoridades singapurenses han llevado a cabo un importante despliegue de seguridad designando como "zonas especiales" los lugares que servirán de escenario a Trump y Kim, incluidos los hoteles en los que se albergarán: el Shangri-La y el St. Regis, respectivamente, así como el Capella, donde se reunirán.
Estas "zonas especiales" han sido acordonadas y la Policía realiza controles a toda persona y vehículo que transite por ella, lo que ha generado un gran trastorno en la capital. El cuerpo de seguridad ha pedido "paciencia" a sus habitantes.
El primer ministro de Singapur ha cifrado en 20 millones de dólares el coste de albergar la cumbre. "Estamos dispuestos a pagarlo", ha dicho, explicando que esta reunión es necesaria para dar un "nuevo rumbo" a las relaciones entre las dos Coreas y avanzar hacia la estabilidad regional.
Además, Lee, que ha hablado en una rueda de prensa, ha destacado que la cita dará una gran publicidad a Singapur. El hecho de que haya sido el lugar elegido, ha indicado, "dice mucho de la relación de Singapur con las partes, con Estados Unidos y con Corea del Norte, y de nuestro papel en la comunidad internacional".
Primer paso hacia la desnuclearización
La prioridad del diálogo entre Trump y Kim es lograr un entendimiento suficiente para reanudar las conversaciones sobre la desnuclearización de la península coreana, que quedaron suspendidas hace una década por las pruebas atómicas del régimen comunista.
Trump ha sugerido en los últimos días que también podrían llegar a un acuerdo para avanzar hacia la pacificación de Corea. Seúl y Pyongyang siguen técnicamente en guerra porque en 1953 solo firmaron un armisticio para cesar los combates. Estados Unidos, como garante designado por la ONU para este conflicto, juega un papel esencial en la paz.
El magnate neoyorquino se ha mostrado optimista antes de embarcar hacia Singapur. "Soy una persona que se dedica a hacer tratos. Siempre me ha ido muy bien", ha dicho en declaraciones a la prensa desde la localidad canadiense de Charevoix, subrayando que va "en misión de paz".
Además, ha afirmado que abordará "absolutamente todos los temas" con Kim, interrogado por los periodistas sobre le planteará al líder norcoreano la existencia de los campos para presos políticos, a pesar de que la Casa Blanca se ha esmerado en recalcar estos días que los Derechos Humanos no eran parte de la agenda.
Trump ha confiado en que Kim y él congenien "desde el principio". No obstante, es consciente de que algo podría salir mal. "Creo que llegamos los dos con un espíritu positivo. Creo que vamos muy preparados. Pero, quién sabe. Existe una clara posibilidad de que no funcione", ha indicado. "Si Kim no es serio, no prolongaré las conversaciones", ha avisado.
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