El presidente de Argentina, Mauricio Macri, ha asegurado este jueves que el debate sobre la legalización del aborto "va a continuar", a pesar de que el proyecto de ley que perseguía este resultado ha descarrilado en el Senado tras una intensa discusión parlamentaria que ha atraído la atención de todo el país.
"Estos son debates que comienzan y que van a continuar", ha dicho Macri a la prensa desde la Casa Rosada. "Los argentinos estamos madurando en libertad, entendiendo qué significa vivir en democracia, que tenemos que aprender a escuchar al otro. No hay que enojarse, hay que tratar de convivir de la manera más pacífica posible", ha afirmado.
De momento, ha apostado por impulsar la educación sexual en colegios e institutos para prevenir los embarazos adolescentes, uno de los problemas por los que se planteó la despenalización del aborto, especialmente en las provincias del norte y Buenos Aires, donde hay mayor incidencia.
"El problema está y tenemos que seguir trabajando para que esas chicas tengan posibilidad de planificar sus vidas" gracias a "métodos anticonceptivos de larga duración, que se demuestran mucho más efectivos en estos temas", ha indicado, según informa el diario argentino 'La Nación'.
Por otro lado, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, ha aclarado que el Gobierno no planea celebrar una consulta popular para decidir sobre la legalización del aborto, en respuesta al diputados oficialista Daniel Lipovetzky, que tras la votación en el Senado declaró que el referéndum podía ser "una herramienta importante" para hallar una solución.
"No creemos que ese sea el camino. Se eligió el camino del debate parlamentario", ha defendido Peña. "Hoy creemos que el foco debe estar planteado en la búsqueda de pasar a limpio los consensos, ver la políticas públicas que se puedan aplicar y, en todo caso, se podrá seguir dando el debate", ha añadido.
De acuerdo con los medios argentinos, el Gobierno sopesa presentar el próximo 21 de agosto un proyecto de reforma del Código Penal en el que introduciría una legalización del aborto menos ambiciosa que el borrador que ha naufragado en el Congreso con el fin de contentar a los sectores oficialistas que votaron a favor del cambio.
Si el Gobierno finalmente opta por mantenerse al margen, como ha hecho hasta ahora --Macri se declaró en contra del aborto pero dio libertad de voto a los suyos--, los partidarios de la despenalización podrán volver a la carga el 1 de marzo de 2019, cuando empieza el nuevo curso legislativo. En ese caso, tendrán que partir de cero en las dos cámaras.
Los senadores protagonizaron el miércoles una sesión maratoniana que duró más de doce horas y, sin embargo, no sirvió para cambiar las posiciones iniciales. La votación se saldó con 38 votos en contra y 31 a favor, tal y como estaba previsto. La cámara alta se ha desmarcado así de los diputados, que en junio dieron su visto bueno.
El trámite de este proyecto de ley en el Congreso se ha seguido con gran expectación en la calle. Miles de partidarios del 'sí' y del 'no' se concentraron en la explanada de la sede legislativa para esperar la decisión de los senadores. De madrugada estallaban los disturbios, por los que han sido detenidas ocho personas.
Actualmente, Argentina permite el aborto en ciertos casos de violación o riesgo para la salud de la madre, pero algunos organismos han denunciado retrasos judiciales que superan los plazos legales para interrumpir el embarazo y que hay demasiados médicos que se niegan a practicarlo.
La reforma propuesta, cuyo recorrido comenzó en 2006 de manos de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, permitiría poner fin a cualquier embarazo en las primeras doce semanas de gestación sin ningún requisito adicional.
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