Es normal que los virus muten y que vayan surgiendo variantes de los mismos. No hay más que ver el virus de la gripe, que muta todos los años y cuya vacuna debe modificarse de un año a otro, por eso nos debemos vacunar anualmente. Pero ahora mismo no estamos en ese escenario: las vacunas en circulación contra la COVID-19 parece ser que son efectivas frente a algunas de las variantes que están circulando, pero los datos disponibles son muy limitados y hay que estar en constante vigilancia.
Así lo asegura en una entrevista con Infosalus Ángela Domínguez, coordinadora del Grupo de Trabajo de Vacunas de la Sociedad Española de Epidemiologia, y médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, quien recuerda, también que el SARS-CoV-2 está mutando de forma normal para ser un coronavirus, pero no tanto como se piensa, lo hace más por ejemplo el virus de la gripe.
"Todos los virus de RNA mutan, como este SARS-CoV-2. Si lo comparamos con el virus de la gripe es menor su evolución, pero también su número de mutaciones. Hay que seguirlas sobre todo para ver qué nuevas variantes se imponen y cómo las vacunas son capaces de responder adecuadamente frente a ellas ", aclara la doctora Domínguez.
De hecho, desde los CDC norteamericanos explican que los virus cambian constantemente a través de la mutación, y se espera que aparezcan nuevas variantes del virus SARS-CoV-2 con el paso del tiempo. "A veces, emergen nuevas variantes y luego desaparecen. En otras ocasiones, emergen nuevas variantes y persisten. Se han documentado diversas variantes del virus hasta la fecha", reconoce la entidad.
Como todos ya sabemos, el virus SARS-CoV-2 es un coronavirus, "una gran familia de virus", según los CDC, y que reciben este nombre por los picos en forma de corona que se encuentran en su superficie. Los científicos monitorean los cambios del virus, incluidos los cambios en los picos de la superficie del virus. "Estos estudios, que incluyen análisis genéticos del virus, ayudan a los científicos a entender cómo los cambios en el virus pueden incidir en la forma en la que se propaga y lo que les pasa a las personas que se infectan con él", agrega.
Hasta la fecha, la también profesora de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Barcelona recuerda que en España principalmente se encuentran en circulación 3 variantes, aunque hay otras cuya circulación es "anecdótica" por el momento, con casos muy limitados de personas infectadas con ellas, y que se están monitoreando, igual que el resto de variantes. En concreto, las variantes que tienen importancia en nuestro país son:
Las cepas
La variante británica, B.1.1.7, asociada con una mayor transmisibilidad. Se ha visto que cuando una persona se infecta de esta variante la probabilidad de originar nuevos casos es mayor que con la variante que circulaba anteriormente. Algunos datos indican que con ella hay un mayor número de casos graves de COVID-19, pero probablemente esto sea así porque al contagiarse más personas, hay por tanto más probabilidades de que éstas tengan más factores que favorezcan la aparición de casos graves, pero no tanto porque la variante sea más letal.
Asimismo, también existe la variante brasileña, o 'P.1', cuyos datos preliminares indican que es más transmisible y también que evade más la respuesta inmunitaria, igual que sucede con la sudafricana. Esta variante se ha detectado en 28 países. Se identificó por primera vez en viajeros brasileños sometidos a las pruebas de detección de rutina en un aeropuerto de Japón a principios de enero.
Y la variante sudafricana o 'B.1.351, que hoy ha sido detectada en Andalucía. Comparte algunas mutaciones con la variante británica. Es muy transmisible y genera una menor respuesta inmune. Hasta el momento no se ha observado que ocasione casos más graves, la información que tenemos no apoyaría que sea más letal.
Las claves de la cepa sudafricana
Centrándonos en esta última, preguntamos a la experta de la Sociedad Española de Epidemiología por qué parece ser que es la variante que se empieza a resistir a la protección de los anticuerpos que confieren las vacunas actualmente en marcha. En concreto, la doctora apunta que con la vacuna de AstraZeneca se ha observado que la efectividad para evitar casos leves y moderados de COVID-19 por esta variante se ve reducida. Pero frente a las formas graves infección por coronavirus SARS-CoV-2, que es lo que más nos interesa, no hay datos por el momento", precisa.
Domínguez subraya también que acaba de salir publicada una carta en la revista 'New England Journal of Medicine' que constata que la vacuna de Pfizer, en el laboratorio, tiene capacidad para neutralizar la actividad de la variante sudafricana, pero hay que contrastar los resultados con la realidad, no solo con los estudios realizados en el laboratorio.
Mientras, la vocal de la Sociedad Española de Inmunología, la doctora Yvelise Barrios cree que los datos recabados hasta el momento de la vacuna de AstraZeneca habría que tomarlos "con precaución" por la misma razón que ha apuntado la doctora Domínguez. Por ello, pide prudencia sobre cualquier afirmación relativa a la eficacia de esta vacuna, ya que según defiende "cualquier vacuna va a ejercer y dejar en mejor posición al individuo incluso en caso de infección".
Vacunarse
"Tenemos que vacunarnos. Ya se irá viendo a lo largo del tiempo si son más o menos efectivas y si habrá que aplicarse nuevas dosis con vacunas de segunda generación. La plataforma de ARN mensajero (Pfizer y Moderna) parece flexible para hacer cambios en las fórmulas frente a nuevas variantes, de forma que en el futuro podríamos tener nuevas vacunas ajustadas contra las variantes circulantes. Hay que vacunarse porque cualquier inmunidad que se genere es mejor que cero y ahora estamos desprotegidos contra cualquier variante. Si nos vacunamos tendremos inmunidad contra cualquiera de ellas y esto nos ayudará a tener una clínica más leve en caso de contagio", defiende la experta.
En opinión de la coordinadora del grupo de trabajo de Vacunas de la Sociedad Española de Epidemiología, ahora lo más importante es frenar la transmisión del SARS-CoV-2 porque ahora tenemos unas variantes pero en la medida en la que el virus circule más, habrá más posibilidades de que se produzcan mutaciones y por tanto nuevas variantes. "Por ello, frenar la transmisión es importante vacunando todo lo que se pueda con las vacunas que tenemos en marcha y manteniendo las medidas no farmacológicas, es decir, las mascarillas, la distancia, la ventilación de espacios cerrados, y la higiene de manos; más que modificar las vacunas actuales, que funcionan", remarca la experta en Medicina Preventiva y Salud Pública.
Esto no quita para que se tenga que investigar, según asegura, ya que de hecho este año se ha avanzado en cómo se pueden adaptar o incorporar nuevas variantes en la formulación de las vacunas. "En algunas vacunas parece que puede ser relativamente fácil el cambiar e incluir los elementos de la variante que pueden ser más eficaces para combatirla, pero se está investigando", apunta. A su juicio, también es interesante buscar vacunas que no se centren en las partes del virus que cambian más, sino que se investiguen las partes más estables que no cambian tanto. "Sería un avance, porque al ir esta parte como base principal de la vacuna el hecho de que se produjeran variantes nuevas no repercutiría en su efecto beneficioso", añade.
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