Un amigo me ha hecho llegar un vídeo comparando las diversas vacunas disponibles: Pfizer-BioNTech (Pfz), Moderna (Mod), AstraZeneca (AZ), Sputnik V (SV), Novavax (Nov) y Johnson & Johnson (J&J). De una forma muy clara explica la forma en que se llevan a cabo los ensayos clínicos para calcular la eficacia de cada vacuna.
Se reclutan miles de voluntarios dispuestos a participar en el ensayo clínico (43000 personas, en la vacuna Pfz), y se dividen en dos grupos equivalentes: el grupo vacunado y el grupo placebo. Los individuos del primer grupo reciben la vacuna en tanto que los individuos del grupo placebo reciben una imitación inocua de la vacuna. En el ensayo clínico de la vacuna Pfz resultaron infectados con la enfermedad 170 personas, 168 del grupo placebo y 8 del grupo vacunado. Estos datos permiten calcular la eficacia de la vacuna como la probabilidad de NO enfermar en caso de ser infectado por el SARS-Cov-2. Los valores calculados correspondientes a cada tipo de vacuna son: Pfz 95%, Mod 94%, SV 92%, Nov 89%, AZ 67%, J&J 66%.
Inevitablemente, tendemos a usar estos valores para clasificar de la mejor (Pfz) a la peor (J&J). Sin embargo, estos resultados tienen que ser relativizados porque no son comparables. La tasa de eficacia calculada proviene de los ensayos clínicos masivos llevados a cabo en cada caso. Por ejemplo, las vacunas de Pfz y Mod fueron probadas en los EE.UU. de agosto a noviembre de 2020 cuando la pandemia empezaba extenderse por el país. En cambio, los ensayos clínicos de la vacuna J&J se realizaron de octubre a febrero, en los EE.UU, pero la mayoría de los individuos estudiados fueron en Brasil y en Sudáfrica, con la circunstancia añadida de que el agente infeccioso era una variante del virus, diferente en los dos países. Las condiciones completamente distintas en que se llevaron a cabo los ensayos clínicos de las diferentes vacunas, invalidan la comparación entre los valores de eficacia calculados.
Por otra parte, a la hora de juzgar la calidad de cada vacuna, cabe preguntarse ¿cuál es el propósito práctico de la vacuna? La respuesta es obvia: conseguir protección frente al virus. Este sería el resultado ideal: conseguir una inmunidad completa frente a la infección (objetivo nº 1). Entre este objetivo ideal y el resultado indeseable (la muerte), podemos establecer objetivos intermedios, más modestos, menos ambiciosos, para nuestras vacunas. Por ejemplo, no desarrollar síntomas de la enfermedad pese a ser infectado (objetivo nº 2); o desarrollar síntomas moderados (objetivo nº 3), o, como último objetivo, desarrollar síntomas severos, pero sin necesitar hospitalización (objetivo nº4). En caso de necesitar hospitalización, o fallecer el paciente, estaría fracasando la vacuna.
Pues bien, la excelente noticia es que, en todos los ensayos clínicos, todos los casos que han requerido hospitalización y los que han finalizado en muerte se han producido en el grupo placebo. En el grupo que recibe la vacuna no se ha producido ningún caso de hospitalización, ni de muerte. En este sentido todas las vacunas son 100% efectivas en proteger de la hospitalización y de la muerte por el coronavirus.
El vídeo está producido por Vox. (No es broma; la productora es una empresa norteamericana, periodística, “on-line”, llamada Vox.) Y cuenta con la colaboración de dos académicos: una microbióloga de la Universidad de Washington, y un miembro del Center for Health Security de la John Hopkins University. Está doblado al español, aunque con acento americano. Son 6 minutos 47 segundos, bien empleados. También se puede ver la versión original en inglés en YouTube.
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