La historia de Abdu, el joven africano que abrazó a la voluntaria de Cruz Roj

Su fotografía abrazado a Luna, voluntaria de Cruz Roja, ha dado la vuelta al mundo por ser una de las imágenes que mejor han reflejado el drama que se vivió durante la semana pasada en Ceuta, donde más de 8.000 personas, entre ellos casi 2.000 menores, cruzaron la valla que separa Marruecos de España.

Es Abdu, un joven senegalés de 27 años que desde que se frustró su entrada en España, ya que fue expulsado tras su abrazo con la voluntaria de Cruz Roja, aguarda, junto a su hermano, en una minúscula habitación marroquí para probar suerte de nuevo y cumplir su sueño de llegar a Europa para ayudar a su abuela. 

Una historia que ha recogido Ana Jiménez, la corresponsal en Rabat de RTVE, en un encuentro con los dos jóvenes africanos, quienes continúan "muy cansados" después del frustrado intento de cruzar la frontera por el mar. Asimismo, Abdou narra cómo caminaron durante más de doce horas seguidas, desde las siete de la tarde hasta las siete de la mañana, para poder llegar a la frontera que separa África de la ciudad autónoma de Ceuta con el claro y único objetivo de recorrer los últimos metros a nado para cruzar el espigón de El Tarajal.

El abrazo

20 minutos que supusieron toda una odisea y que hicieron llegar a Abdu y a su hermano completamente exhaustos. Ahí fue cuando el joven de 28 comprobó que su hermano no respondía una vez llegados a la arena de la playa ceutí y apareció Luna, quien con un emotivo abrazo se acercó a consolarlo, un gesto de humanidad que le costó numerosas críticas e incluso se vio obligada a borrar sus redes sociales.

Pero todo eso queda atrás cuando Luna y Abdu pueden hablar, traducción de la periodista mediante, para contarse dentro de lo posible cómo están. Y Abdu defiende a Luna: "Ella solo hizo su trabajo. Me consoló, me reconfortó. Fue un gesto humano", defiende el senegalés, quien relata que abandonó su país de origen hace cinco años junto a su hermano mayor, del que aún no tiene noticias, dejando atrás a su abuela para irse a Europa y poder ayudarla, ya que no obtenía muchos recursos "como albañil".