Por qué barre Juanma y por qué fracasa el PSOE

El extraordinario resultado cosechado por Juanma Moreno es la consecuencia electoral del triunfo de la moderación en una sociedad, como la andaluza, a la que la crispación solo le produce incomodidad, incredulidad y hartazgo. El líder del PP inició la campaña electoral que ahora ha culminado desde el primer día que entró en san Telmo como presidente.

Sabía que para mantener la inesperada presidencia que le propició la aritmética de entonces- logró el poder con el peor resultado de su historia autonómica-era imprescindible navegar en la moderación. Andalucía no es una sociedad atraída por el sobresalto. El PSOE siempre lo supo y Juanma cambió el rumbo de gobierno sin romper con estruendo la nave. Demostró que después del PSOE no estaba el abismo, sino unan forma distinta de gestionar la gobernanza, atrajo con tanta inteligencia como sutileza a los votantes que navegaban en el barco a la deriva de Ciudadanos y utilizó los tiempos taurinos de Parar, Templar y Mandar, para embridar con licencias lingüísticas sin contenido real a un VOX ensimismado en la charanga y la pandereta.  

La causa, una de las causas, del fracaso del PSOE hay que encontrarlo en el error que cometió la dirección nacional del partido y sus aliados andaluces la noche en que Susana Díaz regresó a su casa del barrio de El Tardón sabiendo que ya no volvería a San Telmo como presidenta electa. Aquel 2 de diciembre de 2018 Susana ganó las elecciones, pero perdió el poder; el sanchismo, embriagado por la euforia de haber destronado a su enemiga más irreductible, no fue capaz de darse cuenta de que en aquel escenario Susana perdía el poder, sí, pero el gran derrotado era el partido.

Desde entonces unos y otros han estado tan obsesionados en ver quien acababa teniendo las llaves del templo que, al final, la feligresía les ha acabado por dar la espalda. Un candidato sin alma y una campaña sin las armas adecuadas- la amenaza de un gobierno con VOX, ha beneficiado al PP, no a los socialistas- les ha acabado despeñando por el precipicio.