La experiencia de dos almerienses atrapados por las inundaciones en Valencia

Desbordamientos de pantanos y barrancos provocaron el cierre de un gran número de carreteras

Una de las entradas a la localidad de Torrent totalmente inundada.
Una de las entradas a la localidad de Torrent totalmente inundada. La Voz
Rocío Sánchez / Elena Ortuño
14:34 • 30 oct. 2024 / actualizado a las 15:17 • 30 oct. 2024

Las intensas lluvias provocadas por la DANA en las últimas horas han dejado a la Comunidad Valenciana sumida en el caos. Asimismo, tras los desbordamientos de pantanos y barrancos, varios pueblos han quedado incomunicados e inundados. En menos de un día, las lluvias torrenciales han dejado tras de sí a un gran número de personas aisladas y desaparecidas. En cuanto a la cifra de fallecidos, no hace más que aumentar.



Pasar la noche fuera



Entre los atrapados se encuentra Juan Andrés, un almeriense que reside en Valencia y trabaja en la localidad de Torrent. Ayer, su jornada laboral se tornó en una experiencia angustiante, ya que no pudo regresar a casa. Afortunadamente, ha podido pasar la noche en la vivienda de su jefe. Su caso no ha sido el único. Otras dos personas, empleadas del mismo lugar, tampoco han podido volver a casa tras la jornada laboral. La solución para ambos ha sido la misma: pasar la noche en la vivienda del propietario del centro.



La situación comenzó a complicarse ayer por la noche, cuando, debido a las intensas lluvias en pueblos cercanos, el agua comenzó a subir rápidamente. “No podemos salir de Torrent, está todo cortado” relató Juan Andrés. Como él mismo explicaba, la ciudad no experimentó lluvias fuertes directamente, pero el caudal de agua proveniente de otras localidades de alrededor, como Chiva -donde se registraron 491 litros por metro cuadrado- provocó el desbordamiento de pantanos y barrancos cercanos, inundando de esta manera todos los accesos. A medida que las lluvias continuaban, el agua arrastraba a numerosos vehículos.



Durante esta madrugada, la crecida del barranco del Poyo ha causado estragos en las infraestructuras locales, haciendo desaparecer el puente de la autovía y varias pasarelas peatonales. “En Torrent la cosa no está mal, el problema es que a las afueras está todo inundado, pasos que se han caído… un desastre”. Así describía Juan Andrés la magnitud de los daños, los que sentía “como si fuera el fin del mundo”. Además, este martes cientos de personas de la localidad valenciana tuvieron que ser desalojadas, pasando la noche en el pabellón del Vedat, que se ha convertido en un refugio temporal hasta que la situación vuelva a la normalidad.



Una jornada interminable



También Iustinian Nicolae, un almeriense que trabaja como transportista, ha visto frustrados sus planes por el temporal. Habiendo salido bien temprano de su casa, a media mañana ha quedado atrapado en la autovía de Valencia, en dirección a Cataluña. Tras cuatro largas horas en las que la lluvia no le ha permitido avanzar y en plena entrevista telefónica con La Voz de Almería, recibe una llamada de su jefe: "Me ha dicho que va a venir un compañero desde Almería con el cargamento y que lo espere en la zona de Sagunto", explica al periódico.



Para el camionero, el constante cambio de planes supone alargar su jornada laboral de manera notable. "Yo tenía que haber cargado en un primer momento en Ribarroja, pero estaban las carreteras cortadas, se habían caído puentes... Como no pude, me dijeron que fuese hasta Barcelona, pero fue entonces cuando quedé atrapado. Ahora va a venir mi compañero para traerme la carga y tendré que llevarla hasta Francia. Voy a trabajar muchas más horas, pero lo entiendo, la cosa está muy mal", se resigna el almeriense.


Sobre su paradero y situación, la familia de Nicolae reconoce haberse preocupado debido a las malas comunicaciones: "Mi madre me ha dicho a mediodía que estaba intentando ponerse en contacto con él, pero que había muy poca cobertura y no podían mantener una conversación clara. Luego, a las 16.30 me ha llamado él por videollamada y me ha dicho que estaba bien", cuenta su hija Iulia, quien recibió también vídeos grabados por su padre en los que aparecían vehículos destrozados, carreteras abnegadas por el barro y escenas "apocalípticas".


Con la esperanza de que la situación mejore, Juan Andrés, Nicolae y el resto de afectados aún esperan noticias para saber cuándo abrirán las carreteras y podrán volver a sus hogares o terminar su trabajo.


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