El hurón: ese pequeño desconocido

Se dice que los hurones vinieron con los egipcios, allí se domesticaron para acabar con las plagas de ratas y desde entonces se han convertido en animales de compañía. Fueron los americanos quienes siguieron esta costumbre egipcia de convivir con hurones, a ellos, le siguieron los europeos.

En Almería, concretamente, hay registrados 74 hurones como animales de compañía. Aunque son una especie muy común, aún son minoría, por lo que en muchas ocasiones seguimos consejos equivocados a la hora de asumir el cuidado de estos pequeños.

Aunque podemos dejar la hurón suelto, lo ideal es que viva en una jaula, donde pueda realizar ejercicio y tenga todo lo necesario. La jaula deberá tener unas dimensiones mínimas de 90x60x70, con dos alturas, una hamaca para descansar, un rincón de arena, un comedero y un bebedero.

El rincón de arena, deberá contener sustrato prensado de papel o fibra vegetal, si contiene polvo puede producir alergias.

El comedero y el bebedero deben estar siempre llenos, pero la comida debemos mantenerla fresca. Por lo que si no se ha comido su ración en unas horas, la cambiaremos por otra.

En cuanto a la alimentación, debes saber que los hurones son carnívoros. Por lo que nunca, bajo ningún concepto deberás darle verduras, cereales, pasas, café, bollería, leche u otros derivados lácteos.

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La jaula deberás mantenerla limpia a diario y una vez por semana realizar una limpieza a fondo. En cuanto al animal, deberás lavarlo una vez al mes y con champú especial para hurones. La higiene y limpieza es muy importante en estos animales.

Aunque son animales que duermen muchas horas, necesitan tener mínimo tres horas de juego al día para poder mantenerse en forma física y psíquica.

Respecto al veterinario, deberán visitarlo una vez al año durante sus tres primeros años de vida, después deberás llevarlo cada seis meses para revisiones y vigilar que todo vaya correctamente en la salud de tu hurón. Son extremadamente sensibles a las temperaturas extremas, por lo que deberás cuidar que no se expongan a altas temperaturas para evitar golpes de calor o que cojan demasiado frío por una estancia húmeda.

Si sigues estos consejos, seguro que tu hurón será un animalito de lo más feliz.