El museo de Terque recupera los juguetes tradicionales de Almería

El museo de Terque recupera los juguetes tradicionales de Almería

Guillermo Fuertes
01:00 • 17 dic. 2012

“Jugar, muchas veces, es representar el mundo de los adultos”, reflexiona Alejandro Buendía, director del Museo Etnográfico de Terque. “Y muchas veces los juguetes tradicionales muestran a  escala reducida esta vida real. Las niñas, por ejemplo, juegan a ser madres y amas de casa con muñecas de trapo hechas por ellas mismas o sus madres, o con objetos o animales que convertían en improvisadas muñecas...”.


El museo, en realidad los museos de esta localidad almeriense (sumen además el Provincial de la Uva del Barco, y espacios como la Casa Cueva de Anica Dolores y la Cueva de San José), no paran en su programación. Y es en este último espacio que se ha inaugurado, el pasado 15 de diciembre, la exposición temporal “El Juguete Tradicional y Artesano de la provincia de Almería”, que estará abierta al público hasta el  30 de junio de 2013, y que ya ha sido objeto de sendos reportajes en cadenas de radio y televisión nacionales.


El valor de lo artesanal
Patrocinada por el Área de Cultura de la Diputación Provincial, con la colaboración del Ayuntamiento de Terque, la muestra es una vista atrás “en estos tiempos del juguete industrial y tecnológico, a un tiempo en el que los juguetes tradicionales y artesanales tenían un lugar preponderante”, afirma Buendía. “Objetos que, en muchos casos, ya se encuentran, en muchos casos, en el nivel del recuerdo y la nostalgia”.




Aquellos juguetes estaban hechos, en su gran mayoría, por los propios niños o sus padres, con materiales frágiles y pensados para una vida efímera. De modo que, para esta muestra, que reúne unas 150 piezas en total, “la mayoría de los juguetes que presentamos están realizados por esos ‘niños grandes’ que han querido recordar y participar en el concurso convocado por el museo hace un tiempo”, añade Buendía. “Aunque también hay muchos que son fruto del trabajo de años de búsqueda e investigación que han ido enriqueciendo sus colecciones”.


Materiales y fiestas
La exposición, pues, cuenta con juguetes tradicionales llegados de toda la provincia, y realizados con los más disímiles materiales. “Estos van estrechamente ligados al medio físico en que se producen”, explica el director del museo. “Los juguetes de caña, por ejemplo, eran muy frecuentes en Adra, donde abundaban los cañaverales. O al cambio estacional: cazar grillos y meterlos en los grilleras era propio de los meses de verano”.




Otros juguetes proceden de materiales desechados que son reciclados. “Los trozos de alambre, abundantes en nuestra comarca parralera, podían transformarse en un caballito de alambre”, sonríe Buendía. “Las moles de hierro de los barriles de uva, en aros para ser corridos con guías de alambre. Los fragmentos de un plato o un cántaro podían servir para hacer “casicas”.


Otros juguetes iban ligados a festividades, “como los caballicos de San Marcos de Adra, las zambombas en Navidad, los juguetes de hoja de palma del Domingo de Ramos o los disfraces de carnaval, en su mayoría  hechos con ropa antigua o en desuso...”, añade.




Con muchas de esta piezas el museo ha realizado una serie de fotografías en las que han participado varios niños del pueblo. Niños de esta época que enseguida se han familiarizado con estos juguetes de toda la vida. Y esta, tal vez, sea la reflexión más importante que habría que sacar de esta exposición. Puede que la imaginación de un niño, después de todo, no necesite tanta tecnolog&


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