Eva Almaya es una actriz almeriense que tras finalizar su carrera de Empresariales, en Granada, se trasladó a Madrid para cumplir su gran sueño, ser actriz. Estudió durante cuatro años en la Escuela de Cristina Rota.
Cuándo tomaste la decisión de ser actriz?
Empecé tardíamente. Estudiaba Empresariales en Granada y aunque siempre he tenido una vocación muy grande, no terminé nunca de atreverme, pero en mitad de la carrera decidí que al terminarla me iba para Madrid y así fue. Con veinticuatro años me vine a Madrid y al poco tiempo me metí en la Escuela de Cristina Rota, que fue la que más me convenció y allí hice mi formación completa durante cuatro años. Cumplí lo que me dijeron mis padres, que terminara mi carrera y después me decidiera. Creo que pensaron que se me quitaría de la cabeza.
Y tu primer trabajo?
Desde el primer instante me empezaron a salir algunas cosas, como una serie de la sobremesa de TVE, Luna Negra. En esta serie estuve casi un año. En el cine fue con Miguel Hermoso, en la película ‘Luz prodigiosa’. Fue mi primera aparición en el cine y con Alfredo Landa. Me siento muy orgullosa. Tenía un miedo atroz y el me tranquilizó mucho.
¿El actor no deja de aprender nunca?
Sí, así es. Hay una formación base, que es la que casi todos hacemos en las distintas escuelas de interpretación y arte dramático que hay. Uno viene como un lienzo en blanco y tras los cuatro años de formación, el actor está en continuo reciclaje. De hecho, el propio Javier Bardem, que además tiene un Óscar, cuando puede, con su maestro, Coraza, se hace su taller.
Cuándo se produjo tu primera subida a las tablas de un teatro?
Como no profesional, estábamos estudiando y teníamos la suerte que en Cristina Rota tenemos un teatro, la Sala Mirador y a los propios alumnos, los fines de semana, tenemos la posibilidad de subirnos al escenario y hacer un espectáculo de varietés que se llamaba ‘la catarsis del tomatazo’.
¿Profesionalmente?
Lo hice de la mano de Juan José Alonso Millán, que me llamó para hacer una obra muy divertida que se llamaba ‘Personajes sin vergüenza’, protagonizada por la gran María Isbert. Tuve la suerte y grandísimo honor de compartir escenario con la señora antes de fallecer y me tenía a mí como compañera.
¿Es impactante tener a grandes de la escena como compañeros?
Pues sí, porque uno quiere ser como una esponja y decir que de esta mujer tengo que aprenderlo todo. Como entra esta mujer en escena, como habla, como tiene el tempo de hablar perfectamente calculado cuando se ríe el público o respetar los aplausos. Es impresionante.
¿Otras obras?
Hace al menos diez años, me volvió a ofrecer otra obra Juan José Alonso Millán, que se llamó ‘Boda Real’, concretamente cuando se casaron los Principes. Víctor Conde, reputadísimo director de escena, me ofreció otra sustitución de la obra, de Ana Diosdado, que se llamó ‘Olvidan los tambores’ y que tuve la gran suerte de representar en el Auditorio de Roquetas.
¿Y de cine?
Tengo que decir que rodé mis dos secuencias en la película rodada en Almería con la película Éxodus’, de Ridley Scott.
¿Series de televisión?
Sí. Es lo que más me
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