Mari Carmen González Lucas: Costalera y capataz

Ha vivido una Cuaresma desde la doble perspectiva

Mari Carmen junto a dos compañeras.
Mari Carmen junto a dos compañeras. La Voz
Lola Haro
21:05 • 28 mar. 2018

Mari Carmen González Lucas es una costalera que lleva saliendo en diversas hermandades desde que tuvo la edad para hacerlo y se lo ofrecieron. Además, este año se estrena como capataz con el paso de la Verónica de la Hermandad del Encuentro, labor para la que lleva trabajando intensamente desde hace meses. 



Aunque su padre es cofrade de la Cena, sus inicios como costalera los encontramos en los años noventa en la Hermandad del Silencio, con el paso del Cristo de la Columna que era portado por una cuadrilla de mujeres. Mari Carmen era catequista en la parroquia en aquel entonces y le ofrecieron formar parte de dicha cuadrilla. Lo que comenzó como una prueba se ha convertido en algo que repite Semana Santa tras Semana Santa desde entonces. 



La diferencia



En todos estos años ha pasado por las trabajaderas de Coronación y Caridad, y también por los varales de la Verónica. Respecto a la diferencia a la hora de cargar, Mari Carmen nos explica que hay que tener en cuenta la dificultad y cansancio adicional que genera cargar a varal, ya que al llevar el peso del paso sobre un lado del cuerpo, se va cargando el hombro poco a poco, la cadena y finalmente las piernas. En cuanto a sus experiencias con costal, afirma que han sido siempre más cómodas, ya que yendo a todos los ensayos que se programan el cuello se va haciendo y terminas preparada para afrontar la procesión. 



Así ha sido como tras más de veinte años de experiencia bajo varios pasos de la ciudad, la Hermandad del Encuentro ha confiado en ella para ser la nueva capataz del paso de la Verónica. Esta circunstancia se ha traducido en que haya vivido una Cuaresma desde la doble perspectiva de ser costalera en un paso y capataz en otro. 



Como capataz, Mari Carmen nos cuenta que la afronta esta tarea muy consciente de su responsabilidad al frente del paso y, al mismo tiempo, con mucha energía y ganas de que llegue la noche del Jueves Santo. Los aspectos a los que está prestando más atención son a contar con un grupo de costaleras que sean compañeras y a hacerse con las medidas del paso. Respecto a crear un buen ambiente de trabajo entre las portadoras de su paso, considera importante inculcarles que deben ser responsables y cargar como les corresponde para no perjudicar a ninguna compañera. También las imbuye de actitud positiva durante los ensayos, no dejando que les condicione un mal rato que puedan pasar de forma puntual por algún motivo. Tras el trabajo constante de los ensayos de la Cuaresma, afrontaron el martes de la pasada semana el ensayo general de la cofradía, en el que los tres pasos realizaron sus ensayos por las calles del barrio y se reunieron en la puerta de la iglesia para ensayar acto del encuentro, seña de identidad en la calle de esta cofradía, así como la entrada/salida del templo. 



Además de los ensayos debajo del paso, Mari Carmen ha reunido a sus costaleras varios viernes por la noche para preparar las dos marchas que tienen montadas. Estos ensayos se realizan dentro de la casa de hermandad, sin cargar peso, y así se enseñan y practican los cambios. Tras esto, siempre se intenta tener un rato de convivencia para afianzar los lazos entre ellas y contribuir con así a que asuman su compromiso de cargar con responsabilidad el día de la procesión. 



Cuadrillas de mujeres

En cuanto a su visión sobre el estado de las cuadrillas de mujeres, Mari Carmen es partidaria de las cuadrillas mixtas y comenta también que las bajas de las mujeres suelen producirse en la mayoría de los casos por los embarazos y, en los últimos años, también ha notado un aumento de los mismos debido a cambios de residencia por motivos laborales. No obstante, a día de hoy, aunque la cuadrilla de la Verónica está formada en su mayoría por mujeres del barrio, hay otras que se desplazan desde otros barrios y pueblos cercanos a la capital para cargar, contando como ejemplos los de costaleras que viven en Huercal de Almería o en el barrio de Los Molinos.  


Los últimos consejos que dará Mari Carmen a sus portadoras antes de salir a la calle para la procesión será transmitirles optimismo, ilusión y compañerismo para intentar aliviar en la medida de lo posible el gran esfuerzo físico que deben realizar durante las largas horas en la calle. El trabajo ya está hecho a estas alturas y solo queda demostrarlo en la calle. 


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