Eran las siete de la tarde del día más ventoso que hemos vivido esta Semana Santa y quizá de todo el año. El portón del templo parroquial de Santa Teresa se ha abierto para dar paso a la penúltima Cofradía de luto que ha procesionado por las calles de Almería. Podía pensarse que el fortísimo viento de poniente que azotaba la ciudad retraería a la gente. Pues no fue así y ante el templo de Santa Teresa se han agolpado centenares de fieles aunque, ciertamente, en número menor a otros años. Mérito tenían.
Por ella han ido saliendo el muñidor con la campana anunciando el cortejo, una figura casi desaparecida de las procesiones; la Cruz Guía, la guardería cuyos niños llevaban en su mano varas con lazos celestes; el Libro de Reglas, la presidencia, con el hermano mayor José Cárdenas al frente; el cuarteto vocal Anacusa y la Capilla Musical de viento BAM; una cruz parroquial, el paso del Cristo de la Caridad y un Vía Crucis que cerraba la procesión.
En los laterales, dos largas filas con un centenar de penitentes, con su túnica negra con cola recogida al brazo, cinturón de esparto y sandalias franciscanas. Al carecer la procesión de paso de Virgen, no lleva mantillas.
Tremendamente difícil le ha resultado al cortejo procesional el paso por calle Canónigo Molina Alonso, ya que el viento que soplaba de cara les hacía difícil avanzar. Las colas de los penitentes volaban e incluso tenían dificultades en mantener el capirucho sobre la cabeza.
El paso del Cristo de la Caridad iba ornamentado con iris morados y era comandado por el capataz, Antonio Cárdenas. A las siete y media, la Cofradía ha pedido la venia para entrar en Carrera Oficial. El termómetro de la Plaza de la Leche marcaba 14ºC aunque la sensación térmica era de una temperatura bastante inferior. Sólo media hora permaneció en ella la procesión, para salir por calle Ricardos y ganar por Lope de Vega la Plaza de la Catedral. Pasaban unos minutos de las 20.30 horas.
Y a comenzar el camino de regreso al templo, con un viento levemente inferior que, eso sí, soplaba de espaldas al cortejo. Por calle Real, Plaza Virgen del Mar y General Tamayo, ha ganado de nuevo el Paseo, que esta vez ha recorrido en sentido descendente. Eran las 22.30 de la noche, ya algo menos ventosa, cuando la procesión ha regresado a la iglesia de Santa Teresa.
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