El tomate raf, una de las banderas de la calidad hortofrutícola almeriense, un producto selecto que tiene su templo en la zona de la Vega de Almería, está en peligro debido a la aparición de variedades que son confundidas con él, pero que no son auténtico raf. La alerta llega de la mano de empresas que llevan muchos años trabajando este tipo de tomate, tan identificado históricamente con la huerta almeriense. Representantes de cooperativas como la CASI, Agrupalmería, Grupo Caparrós o Única Group coinciden en que el avance de esas otras variedades está colocando al borde de la desaparición el auténtico tomate raf.
El problema radica en que para muchos productores ya no resulta rentable cultivar esta exquisitez, llegada en los años sesenta desde Francia de la mano de la empresa de semillas Clause, y adaptada por los agricultores de la Vega de Almería con gran éxito a unas condiciones muy particulares de aguas salinas, suelos pobres y viento.
Pata negra
Esas características extremas de cultivo lograron una textura y un dulzor únicos. El ‘pero’ hay que buscarlo en la productividad, de apenas tres kilos por metro cuadrado, que siempre fue compensada con unos precios muy elevados.
Esa situación se mantuvo hasta mediados de la pasada década, cuando en determinadas épocas como la Navidad era posible encontrar el raf en mercados exclusivos de Madrid o Barcelona a precios que rondaban incluso los 30 euros por kilo. Se dijo entonces que el tomate se pagada “más caro que el jamón”, y aquella frase dio la vuelta a España y disparó el prestigio y la cotización del raf. El apelativo de ‘pata negra’ le vendría por esas condiciones extremas en el cultivo que llevaron a compararlo con el jamón pata negra porque los cerdos de los que procede el famoso jamón viven en el campo, recorren largas distancias, pasan calor extremo o frío invernal, un ‘maltrato’ que los convierte en únicos, como en el caso del raf.
Bajos precios
La multiplicación de variedades como el Marmande, y otras que son evidentemente parecidas, pero no son raf, junto con sistemas o zonas de cultivo que no producen los mismos resultados, han supuesto que en la última década el auténtico raf haya perdido precio en los mercados y eso es lo que lo ha colocado en una situación límite porque los productores prefieren en muchos casos más kilos y mayor comodidad en el cultivo que con el auténtico raf. Así lo explica el presidente de Única Group, José Martínez Portero, que teme que en unos pocos años no se puede encontrar el verdadero raf en el campo almeriense “porqye tanta dedicación y tanto trabajo no son recompensados”.
Cuidar el producto
Si Única, Caparrós o Agrupalmería están trabajando para dar valor al auténtico raf, la cooperativa CASI ha dado un paso más y ha decidido envasar como raf sólo el auténtico, mientras que otras variedades tienen un tratamiento diferenciado. Miguel Vargas, presidente de CASI afirma que se trata de defender la autenticidad y de dar al cliente lo que busca, sin que existan dudas sobre la calidad. Para ello desde hace un mes ha iniciado una política de control y envasado diferenciado “que está teniendo una muy buena acogida por parte de los mercados”, asegura.
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