Un ‘sorpasso’ inversor que cede en rentabilidad para ganar en mercado

En 25 años Cosentino ha cambiado la historia de las cocinas del mundo y ahora apunta a los baños

Los hermanos  Francisco, Eduardo y José Martínez Justo.
Los hermanos Francisco, Eduardo y José Martínez Justo.
Manuel León
01:00 • 09 jun. 2016

De la observación de la Cuenta de Resultado de Cosentino y del Balance de Situación se deduce la osadía con la que afronta los planes estratégicos. Se podría parar la empresa que preside Francisco Martínez-Cosentino (Justo, para los compañeros de La Salle), pero sigue adelante, año a año, con su sorpasso inversor, que le pone emoción al asunto cuando se tiene que financiar en los mercados internacionales y le grava el tipo de cambio, como sucedió en el pasado ejercicio, rebajando el resultado neto.




Cosentino que se inventó el Silestone en 1990, con el que ha conquistado las cocinas del mundo, ha celebrado sus bodas de plata, y sigue sin querer detenerse. “Para qué más, Paco”, le dicen sus amigos y colegas del mundo empresarial. Pero él y sus hermanos siguen adelante, con el reto de la sucesión a la vuelta de la esquina y con la mirada puesta en realizar una OPV que le permita cotizar y obtener financiación en los mercados bursátiles.




Tras el éxito sin precedentes del Silestone, descubierto por Cosentino en un kibutz judío, le ha llegado el momento al Dekton, un producto aún más versátil para exteriores y exteriores, un híbrido químico de porcelana, cuarzo y vidrio, un prodigo de la investigación pura almeriense, en unas instalaciones aisladas del mundo por tierra, mar y aire. El Dekton supone  ahora el 5% de las ventas de la compañía y el objetivo es que lleguen a rondar el 20% en cuatro años.




Banco Europeo




A pesar de estas inversiones continuas que saquean lo que podría ser un espléndido resultado neto, Cosentino ha incrementando generosamente su plan de inversión con una crédito del Banco Europeo de Inversiones de 70 millones de euros, diversificando sus fuentes de financiación más allá de la banca tradicional. Al cierre de 2015, la deuda neta de la multinacional almeriense se situó en 192 millones de euros, dos veces más que el beneficio b ruto (95 millones), que creció el 28%. La empresa ha optado, a pesar de todo, por apalancar  rentabilidad en base a seguir  dinamizando su producción.




La diversificación de productos, ese no dormirse en los laureles que está en el ADN de la firma almanzorí, unido a los repuntes de recuperación del consumo, han sido claves para apuntalar las cifras, sobre todo en el mercado doméstico.
Se están abriendo, los productos de Cosentino a nuevos usos, como los hoteles, los baños, y está invirtiendo estratégicamente en canales de venta con la compra de distribuidores.






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