La concesión de nuevas licencias para la modernización de invernaderos y nuevas construcciones agrícolas en el municipio de El Ejido sigue la tendencia de otros años al alcanzar, a estas altura de 2016, un total de 200 solicitudes.
En ellas, trabajan los técnicos del área de Agricultura y Medio Ambiente del Ayuntamiento, que ya han declarado favorables casi el 30%, o lo que es lo mismo 59 de esas licencias. El resto se encuentra en fase de tramitación, aportación de documentación y finalización de proyectos técnicos.
Innovación
Los datos arrojados por este balance reflejan el carácter innovador y emprendedor que está imperando en el sector agrícola ejidense, ya que el 55% de las licencias favorables concedidas tiene como fin la modernización y adaptación de estructuras agrarias que, habiendo cumplido con su vida útil, se están sometiendo a una renovación integral apostando por modelos más eficientes e incorporando nuevos sistemas de I+D+I.
Además ponen de manifiesto “el importante esfuerzo que viene realizando el agricultor ejidense por mejorar sus estructuras con acciones dirigidas a alcanzar mayor inercia térmica, mayor capacidad de ventilación, mayor hermeticidad para el control de plagas y encaminadas a la producción integrada de frutas y hortalizas de calidad”.
Competitividad
Todo ello, “vendrá a dar a estos invernaderos una mayor sostenibilidad y más competitividad, garantizando con ello el futuro nuestra agricultura”, destaca el concejal de Agricultura ejidense Manuel Gómez Galera.
Señala que se “está consiguiendo un importante índice de relevo generacional en la actividad agrícola, siendo cada vez más los jóvenes que deciden proseguir con ella”. Tanto es así que el 45% de las licencias favorables concedidas tendrán como objeto la realización de nuevos invernaderos en el municipio, adaptados a la Ordenanza Reguladora del Entorno Agrario que, tras tres años de trabajo, entrará en vigor en breve.
Nuevas normas
Los proyectos que han solicitado licencia, la tengan concedida o esté en tramitación, deberán ajustarse a esos nuevos criterios y, cumplir las normas en estructuras, accesos, lindes o recogida del agua de pluviales para mejorar la impermeabilidad o las inundaciones, Además de lo relacionado con los residuos o exigencias ecológicas.
Gómez Galera, ha valorado estas estadísticas de forma “muy positiva”, por lo que supone de “una importante inyección económica al que es nuestro principal motor económico, pudiendo cuantificarse ésta en algo más de 5,4 millones en inversiones”.
Asimismo, se han articulado otro tipo de medidas económicas que afectaban a la presión fiscal que soportaban estos terrenos como la rectificación a la baja en un promedio de un 80% de la ponencia de valores catastrales, que afectaban directamente a impuestos como la plusvalía, el IBI o el de transmisiones patrimoniales por ventas o sucesiones y donaciones, y se estaban traduciendo en graves perjuicios para muchas familias que tenían que hacer frente a impuestos confiscatorios.
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