Cajamar destaca que las tres cuartas partes de las hortalizas se exportan

Buenos resultados de campaña en un año con problemas de agua y precios

Mucha asistencia en la presentación del informe
Mucha asistencia en la presentación del informe
Antonio Fernández
01:00 • 14 dic. 2016

Con sus dificultades y sus problemas, lo cierto es que la última campaña del sector hortofrutícola almeriense ha dejado patente la fortaleza de un sistema productivo capaz de sobreponerse a las adversidades, que este año llegaron vía bajos precios y escasez de agua, para cerrar un ejercicio más en positivo.




Roberto García Torrente, director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar, afirmaba en la presentación del Informe de Campaña 2015/2016 que había una cierta sensación de crisis en el modelo almeriense, “pero salvo ligeros baches en los momentos duros de la crisis, lo cierto es que no ha dejado de evolucionar”.




Año de dudas
Y el mejor ejemplo ha sido la última campaña, cuando Almería ha sido capaz de salvar las dificultades para marcar un nuevo máximo histórico en sus producciones (3,37 millones de toneladas y un 4,6% más), valor de producto comercializado (1.803 millones de euros, un 1,63% más), superficie total de cultivos (55.195 hectáreas, un 0,6% más) y de exportaciones, un 12% más en volumen y un 9,7% más en valor, alcanzándose los 2,4 millones de toneladas y los 2.194,8 millones en ingresos.




Es precisamente en el capítulo de exportaciones donde se produce un salto cualitativo importante con respecto a la campaña anterior y las precedentes y es que Almería ya vende en los mercados internacionales más del 75 por ciento de las hortalizas que produce cada año.




El balance elaborado por Cajamar destaca el hecho de que entre 1998 y 2016 la provincia prácticamente ha duplicado sus ventas en los mercados exteriores. En el 98 se vendían fuera el 49% de las hortalizas, en el 2016 ha sido el 75,5 por ciento, es decir tres de cada cuatro kilos.




Esfuerzo 
Apesar del aumento de la producción en esta última campaña, los ingresos del sector han subido poco más del uno por ciento, debido básicamente a un descenso generalizado de los precios medios que ha sido más notorio en el tomate o el calabacín. El pimiento acudía al rescate en ese último ejercicio con un notable aumento de los precios y de los ingresos para equilibrar la balanza.




El equilibrio ha sido posible gracias a la contención de los gastos en las explotaciones que, aunque han subido en torno a un 0,3 por ciento, se mantienen en cotas asumibles para los productores y las empresas, sobre todo en lo que se refiere a los costes financieros, apoyados en bajos tipos de interés, y a los de la energía, los plásticos y los carburantes, vinculados con el precio del petróleo.




Sube el agua
La escasez de agua ha sido sin embargo un factor de encarecimiento de los costes de los productores ya que la necesidad de recurrir a otras fuentes de suministro ha supuesto un incremento medio del 7% en el valor del metro cúbico, aumento que se agudiza con el 9,2% de incremento de los sistemas de riego y del 2,8% en la construcción de balsas.


A la hora de hablar de la mano de obra se observa un mantenimiento de los costes (sólo aumenta un 0,3 por ciento), pero en cambio se registra un fuerte incremento del número de trabajadores que ha pasado de 39.000 a casi 56.000 en esa campaña.


Para García Torrente hay un factor que es síntoma inequívoco de la buena salud de la agricultura almeriense y de su proyección de futuro como es el mantenimiento de la inversión en el sector, tanto para la ampliación de las explotaciones como por la llegada de inversores al campo.


Ganar fuerza
Eduardo Baamonde, presidente de Cajamar, elogiaba al sector hortofrutícola almeriense y a sus responsables “porque ustedes han hecho un verdadero milagro que es ejemplo para otras muchas zonas productoras del mundo, y porque tienen la capacidad de un relevo generacional que asegura el sostenimiento de la actividad agraria en la provincia”.


Pero al tiempo habló de los déficits que están por afrontar, entre ellos ganar fuerza en los mercados “porque ustedes compiten con frecuencia entre si, y es el momento de unir fuerzas para abordar los mercados con mayor fuerza, la que les da la realidad de esta agricultura”.


Y miró a las administraciones para advertir que los mercados globales “están cada vez mas lejos y para acceder con oportunidad de operar en ellos necesitamos unas infraestructuras que no sean un factor limitante”. En esa línea, reclamó un plan estratégico para el agua para evitar que se convierta en una pesada losa que amenace el futuro de la agricultura.



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