Varios años antes de iniciarse en Almería el plan de colonización agrícola del Campo de Dalías, algunas zonas de Marruecos bajo protectorado español ya recibían importantes inversiones para ampliar las zonas de regadío y desarrollar su agricultura. La política africanista de Franco llevó hasta suelo marroquí la construcción de importantes infraestructuras hídricas que hicieron posible la implantación de una agricultura mecanizada. Todo ello, según el discurso oficial, para lograr sacar de la pobreza a los habitantes de dichos territorios.
Tras finalizar la segunda Guerra Mundial, fueron los españoles los que introdujeron en Marruecos el cultivo del algodón, que solo entre los años 1950 y 1951 pasó de 900 a 3.000 hectáreas. También fueron los españoles los que ampliaron de forma notable la superficie dedicada al cultivo de vid, higuera, almendro y algarrobo, entre otras producciones típicamente mediterráneas. En una primera fase transcurrida entre los años 1946 a 1950, el primer plan quinquenal de desarrollo para el protectorado español dejó en suelo marroquí una cifra de inversión global en torno a los 260 millones de pesetas de la época. La misma inversión volvería a repetirse en el segundo plan quinquenal que se inició en 1952, justo un año después de que el Consejo de Ministros declarara de urgencia y de utilidad pública los trabajos de alumbramiento de aguas para el riego en el Campo de Dalías, y un año antes de la aprobación del Plan General de Colonización del Campo de Dalías.
Con dinero público español, en Marruecos se construyeron presas tan importantes como las de Maluya, una gran obra de ingeniería que requirió una inversión de 230 millones de pesetas y que consiguió regar importantes zonas de producción especialmente deprimidas. También se financió la construcción de escuelas de capacitación agrícola y se creó la Caja de Crédito Agrícola para gestionar los créditos a los campesinos de la zona.
Los 'éxitos' de la política africanista de Franco eran ensalzados cada año coindiciendo con el aniversario del régimen dictatorial, como refleja la página publicada por 'Yugo' en octubre de 1952. En aquellos años, Madrid invertía en suelo marroquí al mismo tiempo que daba las instrucciones pertinentes para canalizar en el Poniente almeriense los caudales de los primeros sondeos y construir los primeros poblados de colonización. Nadie sospechaba entonces que esas inversiones en el norte de África serían abandonadas por España 25 años después, tras la conocida Marcha Verde que redujo la presencia española a las ciudades de Ceuta y Melilla. En la actualidad, los territorios del Sáhara occidental (el antiguo Sáhara español) son noticia porque Bruselas veta que las hortalizas cultivadas allí puedan comercializarse como marroquíes en los mercados europeos.
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