El negocio del invernadero almeriense, que pivota desde hace medio siglo sobre dos sistemas de comercialización complementarios, mantiene un buen tono de salud, exceptuando los procesos gripales que afectan a algunas empresas de subasta tradicional.
Alhóndigas y cooperativas facturaron de media un 8% más en el pasado ejercicio y elevaron su volumen de kilos entre un 13 y un 18% repectivamente, según el informe publicado ayer por AMB Consultores.
El dato más interesante de la cuenta de pérdidas y ganancias, sin embargo, el resultado del ejercicio, lleva varias campañas consecutivas siendo más benigno para las empresas de economía social que para las sociedades anónimas. La media ponderada del beneficio medio para aquellas es de 365.000 euros, con un crecimiento del 5%, mientras que baja a 86.000 euros para éstas, un 92% menos que el anterior ejecicio.
También desciende a 289.000 euros el beneficio de explotación y el ebitda (resultado sin las operaciones extraordinarias) a 1,4 millones de euros.“Ésto se debe a los números experimentados por alguna de estas empresas, que han empujado hacia abajo la media del conjunto de las subastas”, ha apuntado Antonio Alonso socio de AMB.
Restructuración de deuda
Del análisis de la cuenta de resultados en el sector de las alhóndigas, se desprende una circunstancia significativa: algunas de estas empresas han realizado operaciones de restructuración de deuda a largo plazo lo que ha incrementado su endeudamiento financiero en un 127% aumentando así la solvencia. La media del patrimonio neto de estas empresas también ha disminuido un 8% porque algunas de ellas han entrado en pérdidas. En el caso de las cooperativas, se mantiene más estable el patrimonio neto, aunque este modelo de empresas tiene un endeudamiento superior al de las subastas, situándose en el 58% el pasivo exigible.
El fondo de maniobra es menor y a nivel de libros presentan menos solvencia por el modelo de sociedad en el que es el propio socio el que está financiando y aparece en el Balance como pasivo corriente, pero en realidad es una deuda a largo plazo. Explica Alonso que “hay buena salud económica, con excepciones en el conjunto de las comercializadoras, si bien se observa cómo en las subastas la dinámica es hacia cierta concentración”.
Del análisis de la cuenta de resultados y del Balance de Situación de los últimos años se concluye que las cooperativas son más estables en sus número y las alhóndigas registran más dientes de sierra de un ejercicio para otro.
Cooperativas y alhóndigas casi se reparten por igual el negocio agrícola almeriense, cada sistema con sus fortalezas y debilidades.
Los agricultores que venden en corridas valoran la rapidez en las liquidaciones por los productos vendidos, mientras que los productores asociados a cooperativas estiman más la regularidad de de los precios, la planificación de la campaña y las ayudas europeas de los fondos operativos para modernización de invernaderos, a las que los agricultores libres no pueden acceder, por ahora.
CASI, una de las grandes comercializadoras almerienses líder en tomate, aplica un sistema mixto en el que tienen presencia ambos modelos de negocio.
En la presentación del informe intervino también el presidente de la Cámara de Comercio, Diego Martínez Cano, que valoró el potencial del sector agroindustrial almeriense, y el vicepresidente de la institución y gerente de la cooperativa Vicasol, José Manuel Fernández, quien resaltó el buen pie de la campaña actual, “aunque habrá que esperar porque lo importante es mantener la regularidad”. Sobre el repunte de precios del calabacín y la berenjena, explicó que “los precios son positivos aunque los 3 y 4 euros de cotización afectan a partidas muy pequeñas de no más de 50.000 kilos”.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/20/economia/121595/las-empresas-agricolas-gozan-de-una-buena-salud-salvo-excepciones