Se acabó la fiesta: las cotizaciones de las hortalizas almerienses han caido esta semana hasta un 60% en el caso de la berenjena y el calabacín, tras los encumbramientos de las primeras semanas de enero. En el caso de la berenjena larga, que llegó a rozar los cuatro euros el kilo, ayer se situó a una media de 1,8. El calabacín gordo que llegó a 3,4 euros el kilo, cerró ayer a 1,21.
Esto se traduce en que cada vez más los precios agrícolas no los gobierna nadie, más allá del frío, por mucho que se señale a otros intereses. Las corridas almerienses se asemejan cada vez más al mercado bursátil, al parqué donde cotizan telefónicas, repsoles o santanderes: la demanda de títulos hace aumentar su valor y, a la recíproca, cuando hay más oferta que demanda, las curvas bajan. Sin embargo la organización de Asaja en Almería observa con preocupación el devenir de los precios en origen de las hortalizas, teniendo en cuenta que los agricultores han visto reducidas sus producciones a causa del temporal de frío en un 75% en algunos productos y y que el ritmo productivo sigue aún ralentizado.
En opinión de Asaja “aunque no existe desabastecimiento en los mercados, en nuestro país el consumo también ha caído de forma considerable en esta última semana”.
Asaja se ha dirigido a la Agencia de Información y Control Alimentario(AICA), adscrita al Ministerio de Agricultura, para solicitarle que investigue la posible causa de este descenso, “puesto que hemos sido espectadores de una intensa presión para reducir los precios en origen, desincentivando el consumo de productos como el calabacín y la berenjena”.
Y añade que “no sería de extrañar que de aquí a un mes estos productos los viéramos como un reclamo de otra oferta como suele suceder cada campaña”, señala Francisco Vargas, presidente Provincial. Debemos recordar que la campaña pasada calabacín y berenjena al igual que otras de nuestras producciones acabaron con un menor precio al agricultor, disminuyendo sus ingresos, y que en el caso del calabacín fueron un 30% inferiores a la anterior, y en berenjena 21% menos, y siendo las cotizaciones de los agricultores que se dedican al cultivo de estos dos productos las peores de las últimas cuatro campañas sin que se hubiera despertado el mismo interés que ahora, a pesar de que los precios al consumidor en estos años apenas experimentaron variación”.
Asaja teme que “ahora que parece haberse puesto el ojoen productos como la lechuga o la alcachofa, sean los próximos en ver caer los precios de una producción que se ha perdido en gran parte debido a las heladas. Por todo esto solicitamos a la AICA que profundice en el comportamiento de los precios a lo largo de la cadena de valor”.
La organización advierte de los peligros que provoca la utilización de campañas reclamo agresivas, “que banalizan la producción de frutas y verdudas y provocan en los consumidores el desconocimiento del verdadero valor que tienen estos productos indispensables”.
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