La provincia de Almería podría sumar más de cien hectómetros cúbicos adicionales al año sin recurrir ni a los trasvases ni a las plantas desalinizadoras de agua del mar. La Federación de Regantes de Almería se ha puesto en marcha para intentar que esa sorprendente afirmación sea realidad.
Para ello hay que abordar dos actuaciones que son relativamente sencillas y que están al alcance tanto de los regantes como de las administraciones públicas, que han de poner de su parte para recuperar esas aguas.
Los aportes
La Federación de Regantes (Feral) estima que la puesta en marcha de las 38 depuradoras previstas para recoger y tratar las aguas residuales de toda la provincia de Almería permitiría la recuperación de 54 hectómetros cúbicos a sumar a los recursos disponibles.
Un aprovechamiento que requeriría no sólo el tratamiento primario y secundario, sino un terciario que haga que esas aguas, una vez recuperadas, fueran aptas para el riego. El problema es que, al menos hasta el momento, ese último tratamiento no se ha previsto en los proyectos.
La experiencia
No se trata de ciencia ficción ya que un sistema de este tipo ya funciona en la capital desde hace años. Allí se consiguen un máximo de 14,2 hectómetros cúbicos de agua depurada que, posteriormente, recibe un tratamiento a base de ozono y es utilizada por los regantes de la zona de la Vega de Almería y del Bajo Andarax. Con ese agua se riegan en la actualidad casi 3.000 hectáreas de cultivos.
Para los regantes, y haciendo una extrapolación de los datos al conjunto de la provincia, mediante ese tratamiento de aguas residuales se conseguirían casi 40 hectómetros cúbicos adicionales.
Agua de lluvia
El segundo sistema de aportación extra de agua es la que procede de la lluvia. La provincia dispone de una superficie de más de 30.000 hectáreas de invernaderos cuyas cubiertas pueden ser utilizadas como sistema de captación de pluviales.
Se trata de un sistema que, de hecho, ya es utilizado de forma particular por agricultores y empresas del sector, pero que feral considera una apuesta de futuro para dar un respiro a los exhaustos acuíferos de la provincia.
En base a los volúmenes obtenidos de las experiencias puestas en marcha, se estima que la aportación de agua procedente de la luvia y debidamente recogida mediante dispositivos de recepción y evacuación a balsas o depósitos podría alcanzar hasta los 40 hectómetros cúbicos.
El mejor trasvase
Para el presidente de la Federación, José Antonio Fernández, la suma de ambos sistemas de obtención de agua apta para el regadío supondría “el mejor trasvase posible para paliar los problemas de escasez de recursos que tenemos en la provincia de Almería porque estamos hablando de más de 80 millones de metros cúbicos de agua al año, casi el doble que lo que recogía el Plan Hidrológico Nacional en su programa de trasvases”.
Esos proyectos se suman a los que ya presentaron los regantes almerienses a finales del pasado año para permitir la recuperación de los acuíferos del Poniente, un plan que entre las aguas residuales, las pluviales y las procedentes de la desaladora de Balerma sumarían sólo en esa zona 52 hectómetros cúbicos. Eso sí, reclaman para ello la implicación de las administraciones para poder aprovechar este tipo de recursos.
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