Cajas y más cajas de pulpo se están vendiendo estos días en la lonja de Almería, como hacía tiempo que no se veía. Esta avalancha del cotizado cefalópodo se debe a las pingües capturas que están obteniendo tanto los barcos naseros de artes menores como las vacas de arrastre.
El pulpo almeriense, además, para alegría de armadores y pescadores de bajura está cotizando a un buen precio comprendido entre los cinco y los nueve euros el kilogramo. Es una especie que se pesca en la misma bahía de Almería y que es demandada a diario por supermercados locales como Mercadona y también por bares y restaurantes de la provincia para preparar el pulpo a la gallega, al aceite u otras modalidades gastronómicas condimentadas para tapa, raciones o platos a la carta.
Otra salida para esta especie, que ha crecido en los últimos meses, es la de la venta por Internet a través de la empresa Delbarcoalamesa que gestiona la Organización de Productores Pesqueros (OPP71) de la Asociación de Armadores Asopesca.
Su gerente, José María Gallart, expresa que “el mes pasado se vendieron 543 kilos de pulpo a través de los pedidos por Internet para muchos sitios de España”.
Añade Gallart que “se están obteniendo buenas capturas y a buen precio entre las nasas y el arrastre, esperemos que siga así, también se está pillando mucha jibia”. Los barcos de artes menores calan las nasas de pulpo durante varias semanas, van recogiendo las capturas a diario y reponiendo la carnada que suele ser de lecha o caballa.
Los barcos de arrastre la apresan un poco más adentro, a unas veinte brazas de profundidad. En el Puerto de Garrucha también se han visto en las últimas semanas más cajas de este cefalópodo capturado por algunos barcos de la flota de artes menores de Carboneras y Villaricos.
El armador del Cabo de Gata y presidente de la Asociación Pescartes, Luis Rodríguez, asegura que “es necesario que aumente la vigilancia para que se cumpla la normativa sobre esta pesquería”.
Las capturas de pulpo son también un aliciente para el turismo gastronómico en la provincia que demanda producto de calidad como el de la bahía de Almería.
Para proteger la reproducción de esta especie se ha previsto un paro biológico de tres mes en la costa de Almería y Granada, de julio a septiembre.
Es justo cuando más demanda hay de este cefalópodo por ser temporada alta turístico, pero en esta ocasión ha primado más el ciclo reproductor de la especie que el interés turístico de las ventas, a la hora de redactar la Orden autonómica.
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