Es una de las mayores aberraciones que se están dando en la mar desde hace tres años: los palangreros de Carboneras -que lo que quieren es pescar como han hecho por generaciones- se ven de nuevo forzados a vender la cuota de atún rojo al Grupo Balfegó de Tarragona.
A unos 25 barcos marrajeros, la mayor flota del Mediterráneo, pertenecientes a la Cofradía de Pescadores y a la Asociación de Armadores Carbopesca se les ha asignado esta campaña en torno a 250 toneladas de pelágico, un cupo con el que no se costea echar las jarcias al mar. De hecho, el pasado año la cuota se agotó en menos de una semana, cuando disponen de varios meses para pescar esta demandada especie.
Los pescadores al unísono de los cinco puertos de la provincia, tanto de arrastre, cerco, palangre y artes menores, coinciden en señalar que en los últimos dos o tres años, el atún se ha reproducido de una forma exponencial y hay una sobrepoblación de individuos que está diezmando los bancos de bajura de jurel, caballa o boquerón.
Además, embarcaciones de trasmallo y cerco denuncian que ese aumento del atún y su voracidad está provocando que otros cetáceos como el delfín se acerquen más a tierra y destrocen las redes y las capturas de los barcos almerienses de artes menores.
El secretario de la Cofradía de Pescadores de Carboneras, Simón Pérez, concluye que “la situación de los 250 pescadores de Carboneras es desesperada y no les queda otro remedio que vender la cuota que solo es un pequeño alivio, porque el pescador lo que quiere es pescar”. Alguno de los armadores palangreros tradicionales como el de Ramón el Gato ha desistido de seguir pescando y ha vendido la embarcación. Todo apunta a que en los despachos de la Unión Europea y en la sede del ICCAT -el organismo que establece la cuota de estos pelágicos- no conocen la sobrepoblación progresiva del atún y no tienen en cuenta que el palangre es una pesca selectiva, al contrario que las redes italianas o magrebíes de deriva.
Banco de alimentos
Los armadores carboneros en un ciclo de cinco años pueden vender la cuota tres años y dos deben salir a pescar el atún. La Cofradía anuncia que el año próximo, como la cuota se intuye que será similar, las capturas que rebasen la cuota serán donadas al Banco de Alimentos, antes que tirarlas al mar.
Una parte de la cuota también la han vendido los armadores carboneros a la empresa Ricardo Fuentes, de Aguilas. La práctica totalidad del atún es vendido a grandes grupos comercializadores asiáticos.
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