Si no hay imprevistos de última hora los regantes del Bajo Andarax podrán disponer del agua procedente de la planta desaladora de Almería en un plazo de una semana, en cualquier caso no más de diez días, según ha señalado el presidente de la Comunidad de Usuarios del Agua de Almería (CGUAL), José Antonio Pérez.
Las obras de instalación de la tubería que conectará la desaladora con la planta situada en la zona de El Bobar ya han terminado y ahora se trabaja en la conexión con la salida de la desaladora, un proceso que según Pérez puede dilatarse entre una semana y diez días antes de que se pueda terminar la conexión y se inicie el transporte del agua hacia la red de riesgos de la zona.
Las tuberías
La finalización de esta obra abre de nuevo el debate sobre la existencia de dos tuberías para el mismo fin, la que ha construido la propia CGUAL y la que instaló Coexphal, cuyas obras concluyeron hace ya más de una semana, según informó la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de Almería.
El presidente de la CGUAL tiene claro que utilizarán el sistema de conexión que ellos han construido, despreciando de esta forma el ofrecimiento realizado por Coexphal que, tras construir su propia tubería, la puso a disposición de la comunidad de regantes de forma gratuita; un ofrecimiento que en cualquier caso ha sido rechazado por José Antonio Pérez.
En cualquier caso la llegada del agua desalada se produce “in extremis”, ya que buena parte de los 2.000 agricultores que se abastecen a través de la Comunidad de Usuarios o bien están ya plantando o esperando el agua para poder hacerlo, un proceso que no se debería retrasar más allá de la primera quincena del mes de agosto, para algunos tarde, pero se aplica el dicho de que “más vale tarde que nunca”.
Precio del agua
Ahora queda pendiente la firma del convenio de cesión de esas aguas por parte del Ayuntamiento de la capital, y el establecimiento del precio que definitivamente tendrá que abonar la CGUAL por cada metro cúbico que salga de la planta desaladora.
A la espera de que se determine ese precio, los regantes confían en que no se vaya mucho más allá de los 50 céntimos por metro cúbico (precio a la salida de la planta, al que habría que sumar el coste del transporte a través de la red de distribución).
Desde Coexphal, por su parte, han lamentado la falta de entendimiento con la CGUAL, aunque consideran que la presión ejercida en estos meses ha servido al menos para cumplir el objetivo primordial que era que el agua llegara a los regantes.
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