El cherry almeriense abre brecha en Europa

El cherry -el tomate enano- toma cada vez más fuerza entre los consumidores del Norte de Europa. Como principal carta de presentación:  su sabor, la comodidad para el consumo y el acierto en la elección de variedades por parte de la casas de semillas. El tomate cherry ha  pasado de ser una moda pasajera, a ser un producto cotidiano en las dietas de millones de euros. Lo atestiguan los números: el cherry  supone ya más del 45% de las ventas del tomate en ecológico, según el informe del Observatorio de Precios y Mercados de la Junta. 

En el invernadero almeriense aún es mayor la superficie que se dedica alt tomate redondo y larga vida, pero en términos de incrementos relativos, es el cherry el que se lleva la palma, sobre todo en los últimas dos campañas.

El consumo de snacks y productos cocktail es una tendencia imparable en toda Europa, unas aguas donde el cherry es el rey de las tarrinas de y los vasos de plástico transparentes con variedades de hortalizas mini.

Una de las razones que explican también su auge es el precio que alcanza en origen, que no baja, como otras variedades, del euro por kilo y que no permite venta en segundas categorías.

El principal hándicap para el agricultor reside en el trabajoso cultivo que requiere mucha atención y mano de obra en el entutorado, tallado y recolección. El mercado del Cherry lo copan en  la península Almería y la Costa de Granada, después de que Murcia halla ido perdiendo fuelle en la zona de Aguilas. 

En cuanto a los competidores, Marruecos ha crecido exponencialmente con el cherry en la zona de Agadir. Italia es también un notable competidor de Almería en cherry rama.

Escandinavia, Reino Unido, Países bajos y Alemania son los principales consumidores de cherry, según  Fulgencio Spa, gerente de la empresa del mismo nombre con sede en Carchuna (Granada).

Los principales productores de esta variedad tomatera son sobre todo CASI, que ha entrado con fuerza en esta tipología que vende también en subasta y es muy apreciado por su pequeño calibre  y porque responde a los nuevos patrones de consumo familiar europeo. También Coprohnijar es uno de los referentes en esta variedad tomatera con producción también en Huéneja (Granada), consiguiendo cerrar el ciclo todo el año.

Casur y Vicasol apuestan también por este tipo de variedad tan en boga en los últimos años, incrementando también el número de kilos. Proveerse de mano de obra suficiente, ante el aumento de superficie, es uno de los principales retos.