El Puerto encarga un estudio pionero para dar electricidad a los buques

na de las quejas más recurrentes de los vecinos del Parque Nicolás Salmerón es la contaminación acústica y de emisiones de C02 que e emiten los motores de los buques incluso amarrados a Puerto. Muchos de estos almerienses afectados se preguntan por qué no apagan la máquina cuando anclan en la dársena. La razón es que el motor sigue encendido porque es la fuente de energía de la embarcación para que sigan funcionando todas las prestaciones requerida como si fuera un edificio de viviendas.

Para tratar de paliar este malestar provocado por la actividad en los muelles, la Autoridad Portuaria ha encargado un estudio para llevar la electricidad hasta la dársena y ponerla al servicio de las navieras y de los consignatarios.

Acción  pionera Se trata de una acción pionera, puesto que no existe ningún puerto en España con este servicio y solo existen experiencias de este tipo en países del Norte de Europa y en puertos de Estados Unidos. Desde el servicio técnico del Puerto, sin embargo, se advierte de que es un proyecto muy complejo, “puesto hay que impulsar una gran instalación industrial ya que los buques graneleros son grandes consumidores de energía, pero hay para ello ayudas europeas”. También se está sopesando la utilización de gas licuado en sustitución del gasóleo. Desde la Asociación Nacional de la Industria (Unesa) también se viene trabajando en los últimos meses en reducir emisiones en puertos como el de Almería, dentro del proyecto denominado ‘Cold Ironing’.

El directivo de Unesa, Pedro González, explica que “la inversión requerida no es insalvable y permitiría la parada de los motores y generadores auxiliares”. La mayoría de los cargueros, graneleros, portacontenedores y ferrys operan con los motores en marcha cuando están atracados. Un barco de 200 metros de eslora puede llegar a requerir una potencia de 10 MW, es decir, 2.000 veces más que un barco de recreo.