Los almerienses consumen 4.483 toneladas de pescado de fuera

Uno de los retos cuando nativos o forasteros salen a tapear o a almorzar por la extensa red de bares y restaurantes de Almería, es asegurarse de que el pescado que piden como fresco cumple con sus expectativas. La experiencia demuestra que a veces se cumple y a veces no lo que promete la carta. Para muchos profesionales del sector ‘el gato por liebre’ o ‘la panga vietnamita por bacalao’ se da por la creciente importación de congelado de regiones cada vez más alejadas. Si el proceso de congelación y descongelación ha sido correcto, no debe haber ningún riesgo sanitario. Sin embargo, Javier Garat, secretario general de Cepesca, advierte que “hay productos, como los suministrados por China o Tailandia que no respetan los estándares sociales y ambientales”. Y añade que “a veces estos productos importados de Africa o Asia no respetan la sostenibilidad del stock o las normas laborales”.

El sector pesquero acaba de  mostrar su rechazo al incremento del volumen de importaciones de pescado con arancel cero a la Unión Europea, que ha aprobado recientemente el Consejo Europeo fijado en 750.000 toneladas para 2019 y 2020.

La provincia de Almería, con cinco puertos de mar en su litoral -Almería, Garrucha, Carboneras, Adra y Roquetas-consume, sin embargo, un alto porcentaje de pescado que llega del exterior y que es superior al que exporta la industria pesquera local. Los datos así lo testimonian: de enero a septiembre, Almería cifró sus importaciones pesqueras en 4.483 toneladas por valor de 11, 6 millones, mientras que exportó 3.398 toneladas valoradas en 11,8 millones de euros, con un saldo negativo en peso de 1.085 toneladas y positivo en ingresos con 277.000 euros más de valor, según la Estadística de Comercio Exterior de Productos Pesqueros.

Estos datos podrían interpretarse como que el consumo de pescado está tan arraigado en la provincia tanto por los propios almeriense como por los visitantes, que es necesario complementar las capturas locales con género que llega del exterior, tanto fresco como congelado. 

Sin embargo, para algunos profesionales del sector, como para la propia la propia Confederación de Armadores (Cepesca), esta importaciones, permitidas por Europa a arancel cero, suponen que entre una mercancía, a veces sin los necesarios controles de trazabilidad, que compite en precio con el pescado fresco de la bahía almeriense.

Estos incrementos de importación de pescado faenado en aguas de otros continentes se está dando también en otras provincias litorales andaluzas como Cádiz, Huelva y Málaga que tienen en los productos del mar una de las señas de identidad de su gastronomía.

Los puertos de la región, no obstante, han aumentado en los nueve primeros meses del año las exportaciones de productos pesqueros, tanto congelado como fresco, en un 36% lo que ha generado 132 millones de euros. El principal motor de este aumento han sido los congelados, las salazones, ahumados y conservas.

 Almería exportó 1.497 toneladas de pescado congelado y 1.900 de pescado fresco, siendo la única provincia andaluza que exporta más género fresco que transformado o congelado. Eso confirma la alta demanda que tienen las capturas de la costa almeriense y el alto nivel de precios,  que se evidencia, sobre todo, en fechas festivas como la inminente Navidad con algunas especies como la gamba roja, la cigala, rape, merluza o besugo.

La mayor parte del pescado que importa Almería es fresco (3.426 toneladas), frente al transformado 1.056 toneladas). Los principales países desde donde llega pescado fresco o transformado a Almería son, por este orden, Marruecos, Mauritania, Portugal, Suecia, China, Argentina, Ecuador, Cabo Verde, Italia y Túnez.