Los trabajadores de la fábrica de cemento que la multinacional mexicana CEMEX tiene en el municipio de Gádor mantienen cerrados desde este mediodía los accesos a la planta de producción. La decisión la adoptaban en una asamblea multitudinaria y la justifican ante la posición inmovilista de la patronal en las negociaciones abiertas tras el anuncio de presentación de un ERE extintivo.
Antonio Orta, presidente del Comité de Empresa, afirma que esas negociaciones están en un callejón sin salida “porque la empresa no ha aceptado ninguno de nuestros planteamientos, ni ha contemplado medidas compensatorias ni está dispuesta a realizar cesión alguna; pretende tan sólo el cierre de la fábrica y el cese de toda la plantilla porque, según dice, no es viable”.
Los trabajadores y su Comité de Empresa no están de acuerdo con el planteamiento porque, de hecho, la empresa pretende convertir la planta de Almería en un centro de distribución para la zona sur, pero sin fabricar nada en ella. Ayer mismo llegaba un barco cargado de cemento desde la fábrica de CEMEX en Cataluña, una carga que los concentrados en las puertas no están dispuestos a permitir que llegue hasta las instalaciones gadorenses.
El conflicto tiene pinta de prolongarse en el tiempo porque el Comité de Empresa solicitó y obtuvo permiso para llevar a cabo esa concentración “y estamos dispuestos a mantenerla el tiempo que sea, hasta que obtengamos medidas compensatorias y un acuerdo negociado para toda la plantilla”.
Mientras tanto la empresa sigue adelante con sus planes de cese definitivo de la producción y el despido de los más de cien trabajadores que prestan su servicio en la fábrica. Hasta ahora no han atendido los requerimientos del Comité de Empresa ni se han dado pasos para cerrar con acuerdos el expediente de regulación de empleo anunciado.
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