Está a punto de cumplir tres años al frente de Telefónica, una de las mayores corporaciones mundiales de telecomunicaciones con sede en la Gran Vía madrileña. Allí, desde su mullido despacho de presidente, José María Alvarez-Pallete López, divisa la nube de smog de la ciudad, prepara sus intervenciones en el Consejo, las presentaciones de resultados y atiende llamada tras llamada, entre ellas, entremezcladas, algunas de sus padres José María y Paquita, una almeriense devota de la Virgen del mar.
Pallete, como se le conoce a nivel mediático en el Madrid de las finanzas, ha conseguido hacer reposar las aguas de una de las cabeceras más revueltas del Ibex 35, el paradigma para muchos de la inversión bursátil, desde que a sus acciones se las conociera en los 70 como las populares Matildes.
Este hijo y nieto de almerienses, que ha pasado la mayor parte de sus veranos frente a las olas zapilleras, es un hombre rico -gana más de cinco millones de euros todos los años de sueldo y retribuciones variables- pero no ejerce como tal. No acumula mansiones, ni yates, ni conduce un ferrari, ni se ha hecho montar un tablao flamenco en su casa como hizo Mario Conde.
Lo que hace Pallete es dedicarse a sanear la deuda de Telefónica, a correr maratones los fines de semana y a gestionar la Fundación Proniño, con la que ha conseguido escolarizar ya a más de 200.000 menores en America Latina.
Desde que lo nombraron presidente de Telefónica en 2016, como delfín del histórico César Alierta, ya viene menos por Almería. A través del teléfono, lo confirma su padre, José María Alvárez: “Está muy ocupado, ya viene menos, es verdad, pero nosotros sí solemos acudir, sobre todo mi mujer que es de allí, nos encanta y somos muy de la Virgen del Mar”.
Al contrario que su hermana mayor, Inés, que vino al mundo en Almería, el actual patrón de Telefónica nació en la Clínica de la Milagrosa de Madrid, en 1963, en una familia de cinco hermanos.
Su padre, subdirector de Aduanas, oriundo de Guadarrama y asiduo colaborador del diario Yugo con artículos del Mercado Común, se trasladó con la familia a Bruselas en 1977. Pero el hijo volvió antes a Madrid a estudiar Económicas en la Complutense con un brillante expediente.
Tras un breve paso por la cementera méxicana Cemex, la misma que acaba de cerrar planta en Gádor, recaló en Telefónica, donde suma ya 17 años. Con solo 35 años, casado y padre de tres hijos, ya era un sólido directivo del área de Finanzas y tras presidir Telefónica en America Latina, con interminables viajes interoceánicos, tras tener que trasegar con Urdangarín como empleado vips, fue elegido, por fin, sucesor de Alierta.
Tiene ante sí todo un futuro por delante, en un tiempo en el que este hijo de almeriense está afrontando el reto de la revolución digital.
Aseguran los que le conocen que es un apasionado a partes iguales de la tecnología y la innovación, de los donuts de chocolate y del Real Madrid, por el que sufre -aseguran- más de la cuenta.
El nieto de un médico militar de Alhama
La familia materna de José María Alvarez-Pallete está encabezada por su abuelo, Cristóbal López Rodríguez, médico nacido en Alhama, que alcanzó el grado de General de Sanidad Militar, tras incorporarse al Ejército de Africa a las órdenes de Franco, donde adquirió gran pericia con curas de urgencia en el campo de batalla. Tras volver a Almería trabajó en la Casa de Socorro hasta que fue detenido al estallar la Guerra y recluido en El Ingenio. En 1946 fue presidente del Colegio de Médicos y estuvo destinado en Canarias y Africa Occidental, participando en la campaña de Ifni, por la que obtuvo Medalla al Mérito Militar.
En 1962 fue cuando alcanzó el generalato y fue jefe de Sanidad en la Región Militar de Cataluña y en la de Sevilla, hasta que pasó a la reserva. Fue nombrado Hijo Predilecto de Alhama y Hermano Mayor de la Hermandad de la Virgen del Mar, hasta su fallecimiento en su apartamento de Ladymar, en El Zapillo, en 1973.
La esposa del doctor López Rodríguez y abuela de José María Pallete era Inés Vidal Giménez, camarera mayor de la Virgen del Mar, quien fue presa también durante la Guerra en la cárcel de mujeres de Gachas Colorás, acusada de participar en la organización del Socorro Blanco.
Cristobal e Inés tuvieron dos hijas: María, casada con Juan Solís Rostaing, médico internista, y Paquita, la madre del presidente de Telefónica, educada en las Jesutinas, matrimoniada con José María Alvarez Gómez-Pallete. Ambos forman parte aún de la Hermandad de la Virgen del Mar de Madrid, bajo la presidencia de José María Ruiz. Se casaron en la Patrona, en 1961, bendecidos por el obispo Alfonso Ródenas.
El presidente de Telefónica decidió unir el primer y tercer apellido de su padre: Alvarez-Pallete.
Los Pallete fueron militares llegados a Almería a principios del siglo XX. José Gómez Pallete, bisabuelo de José María, era general de División. Uno de sus hijos, Felipe, fue médico personal de Azaña, el presidente de la Segunda República, y otro pariente jesuita, dirigió el Colegio Nuestra Señora de Africa de Madrid.
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