Hay un señor con pinta honrada en la segunda planta de la feria, se llama Diego Quesada, que asegura que ha descubierto la fórmula para alargar, de forma natural, once días la vida de las hortalizas. “Mi secreto es el agua, con solo un lavado, los tomates o los pepinos duran más, ya lo hemos probado con la zanahoria y con los ajos y funciona”; en el otro extremo, unos profesionales chinos anuncian un plástico revolucionario para cubrir los invernaderos urcitanos. El film se fabrica en Shandong y afirma uno de sus promotores, Kevin, que no puede adelantar nada más, solo que “si encontramos compradores enviaremos las bobinas por flete marítimo en contenedores”, como si fueran recambios de tóner de impresoras.
A su lado está Fernando Rubio, gerente de la sociedad Aguas del Almanzora, que gestiona el Trasvase del Negratín comprobando con unos comerciales unos cultivos hidropónicos. Hacía un rato que se había inaugurado la Infoagro y el ministro Planas y todo su séquito seguían pateando la alfombra verde del Palacio de Congresos de Aguadulce, parándose en cada expositor, dialogando con los vendedores, fotografiándose con las empresas comercializadoras o de la industria auxiliar, interesándose por cada aportación tecnológica. Porque, en el fondo, uno tiene la sensación de que Infoagro es eso: una enorme cápsula con más de 500 expositores interconectados que ofrecen los principales adelantos tecnológicos emparentados con el agro -riegos, energía, seguros, abonos, fertilizantes, semillas- como el nigromante Melquiades ofrecía en su carromato espejos, hierbas y perfumes a los habitantes de Macondo.
Más de dos horas estuvo el ministro comprobando toda esa suerte de microindustria que tiene su epicentro en el Poniente almeriense y en Níjar, después de haber sido recibido a las puertas de la feria por agricultores solicitando la rebaja fiscal para las hortalizas, después de haber recordado cómo en Almería había agricultores que se habían especializado en producir pepinos específicos para utilizarlos en rodajas en los gintonics.
El secreto de esta feria, por la que pasarán más de 40.000 profesionales según los organizadores, que ya va por su tercera edición -a la tercera va la vencida- es que no es solo un muestrario de personajes vinculados al negocio del invernadero, un rosario de mostradores donde se despachan platos de jamón -que también- sino que ha conseguido reunir a gente que compra y que vende y que aporta valor añadido a la actividad del cultivo y de la cosecha, que es casi el 40% del PIB provincial.
El carácter bianual de esta Feria, que se extenderá hasta maña viernes, le hace ser esperada con más gana por los profesionales que si fuese anual y se complementa con la Expo Levante de Níjar.
Si Fruit Attraction en Madrid es la gran feria española de la comercialización, esta discreta feria almerienses se ha revelado como la gran cita con los ingenios, con las patentes, con la maquinaria y la tecnología auxiliar, desde una colmena de abejorros a una nueva variedad de mecano cosechador, entre otros eslabones de la cadena alimentaria. Y mientras tanto ,Planas, acompañado en corto por Fernando Martínez, se fue deteniendo en Vicasol, que homenajea a los hijos de los fundadores fr hace 40 años, en Agrobío, en la CASI, en Fercrisa y fue cuando Andrés Góngora lo paró, lo miró a lo ojos -parecía que no corría el aire- y le recordó la rebaja fiscal y la importación de terceros países.
Y conforme se fue acercando el mediodía, pareciera que los expositores se daban una tregua para compartir las incidencias de la mañana entre canapés y confidencias de campaña.
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